Invisible

07. REENCUENTRO

Un ruido fuerte me hizo despertar de golpe. Me froté los ojos para mejorar la visión y bajé las escaleras.

El ruido venía de la puerta principal. fui hacia ella y la abrí. No había nadie. Di un paso hacia delante y mire hacia los dos lados... Nada.

Oí un ruido proveniente de la cocina. Cerré la puerta principal y fui a la cocina. Encima de la mesa de la cocina había un sobre junto con un ramo de rosas roja.

Mi corazón latía a 1000 km por hora. ¿Quién había dejado eso ahí? Y... ¿Cómo había entrado?

Miré a ambos lados de la cocina. Un escalofrío recorrió toda mi columna dorsal. Miré el sobre y la rosa con temor, ¿y si dentro había una bomba?... ¿O si las rosas estaban envenenadas?

Vale... Son exageraciones por mi parte. Pero como ya dije, soy mi insegura para esas cosas.

Me acerqué lentamente a la mesa, mire de muy de cerca el ramo. Parecían flores normales, y su olor era normal... No había peligro...

Después me acerqué al sobre. Era blanco, con un dibujo en la esquina superior izquierda. Cogí el sobre y lo abrí lentamente... Miré en su interior y solo vi un papel doblado.

Lo cogí y dejé el sobre al lado de la rosa. Desdoblé el papel y en el había algo escrito. Algo que me dejó sin respiración.

Buenos días princesa

Cogí una gran bocanada de aire y miré detenidamente el papel. Él papel estaba impreso en ordenador... ¿Quién podría haber sido?

Me fijé en que la puerta del patio trasero estaba entre abierta. Dando zancadas me acerqué a la puerta y la cerré.

De pronto el timbre de la casa sonó haciendo eco por toda esta... El miedo recorrió mi cuerpo y empecé a temblar.

Guardé con manos temblorosas el papel escrito en el sobre junto a la rosa y lo metí en un cajón libre de la cocina.

Con paso lento y silencioso me acerqué a la puerta. En realidad, me moría por saber quien estaba al otro lado de esta pero mi cuerpo me impedía correr...

Miré por la mirilla y cuando vi quien estaba picando al timbre solté un gran suspiro hasta desinflar mis pulmones por completo.

Entreabrí la puerta ya que solo vestía con una camiseta que me llegaba por debajo del muslo.

–Sara Luna Blake. 17 años, tu cumple es el 29 de Julio, 1,65 de estatura, te encantan los jeans, tu debilidad es el helado y odias ver a la gente llorar– dijo apoyándose en el umbral de la puerta– Oye, Blake... ¿Sabes que tienes nombre de una canción de Melendi?– abrí los ojos como platos.

¡¿Cómo podía saber todo eso?! Me sentía violada.

–¿Cómo...?

–Dos palabras. María Sanders...– dijo él llevándose una de sus manos a su mentón y asintiendo a la vez que sonreía.

Negué con la cabeza. Ya hablaría yo con Mery...

–¿Qué haces aquí?– pregunté todavía sorprendida.

–Te vine a buscar– elevé mis cejas.