Hay corazones que permanecen intactos mientras que otros están congelados y llegan a romperse con apenas una ráfaga de viento.
— HumanCaminaba todo lo rápido que podía. No se si se veía pero creo que me salía humo por las orejas. En estos momentos sería capaz de pegar un puñetazo a una pared y romperla.
Llegué a su cabaña y abrí la puerta de golpe. Entré y miré a todos lados. Entonces vi a César tumbado en el sofá. Me miraba extrañado.
— ¿Por qué, eh? — se levantó del sofá — ¿Por qué me mentiste? — me acerqué a él con intención de empujarle y descargar mi ira.
— ¿Qué?
Vio mis intenciones y entonces me agarró por las muñecas para que no pudiera hacer nada.
— Sabes perfectamente a lo que me refiero — luchaba por soltarme pero no podía — Dime eh, ¿por qué?
Al principió no sabía de lo que hablaba pero se acordó cuando su semblante se volvió serio.
— Cristina — dijo en bajo para si pero lo pude oír.
— Sí, Cristina. Ahora responde.
Apretaba los dientes. Nunca había estado tan enfurecida.
— No tenía por qué contarlo.
— ¿Ah no? ¿Y si te da por hacérmelo a mí? ¿Qué?
Bajé mis brazos para soltarme de su agarre.
— No te iba a hacer nada parecido. Lo juro — contestó. No le creía.
10 MINUTOS ANTES
— No querrás saberlo — dijo Cristina con intención de irse pero la frené.
Pareció cambiar de opción.
— ¿Qué? ¿Acaso César te contó que yo era una perra? ¿O que cortamos porque yo le puse los cuernos? — dijo ella.
Miré al suelo analizando lo que acaba de decir.
— ¿Acaso no es verdad? — pregunté.
— No, querida. Yo era más fiel que un perro a su dueño pero claro, aquí las verdades se maquillan, y mucho — contestó — Aquí el problema era él.
Hubo un momento de silencio. ¿Acaso me mintió con eso? ¿O es ella que quiere hacernos pelear más?
— ¿Eso es verdad?
— ¡Por supuesto! — dijo elevando los brazos y dejándolos caer — Él no era así. Era mucho peor.
— ¿César? ¿Hablamos de la misma persona? — asintió.
Esto no puede ser verdad.
— Todo fue al revés. Él salía de noche y volvía de madrugada, muchas veces sin acordarse de lo que había hecho. Tenía amistades como él, malas influencias. Se divertía y se olvidaba de mi — parecía que su voz se iba a romper en mil pedazos. Fue ahí cuando me percaté de lo que contaba no era mentira — Un día, me dio por seguirle por la noche y entonces me encontré con lo que hacia. Él era el que me ponía los cuernos a mi — se señaló a si misma — Y se percató de mi presencia pero siguió.
Se alejó un poco de mí.
— Le di otra oportunidad, porque le quería... — hizo una pausa. Se pasó la mano por el pelo despeinándolo — Fui una idiota... Como esperaba la desaprovechó y ahí fue cuando me rompió el corazón...
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Invisible
Teen FictionSara Blake. Una chica de 17 años con un pasado difícil y lleno de preguntas sin respuestas. Su vida dejó de ser la misma cuando su madre, Samantha, falleció en un accidente de coche. Ya han pasado once años desde su muerte y han conseguido superar...