21. NO QUIERO PERDERTE.

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– Sara. ¿Estás bien? – preguntó mi mejor amiga mirando mi móvil por encima de mi hombro.

Me giré lentamente. Mi cara tenía que ser un cuadro.

Le mostré lo que ponía en mi móvil y lo leyó. Su cara, cambió de una feliz a una de horror.

Y justo en ese momento mi móvil sonó indicando que tenía una llamada.

Ambas abrimos los ojos de par en par. Bajé lentamente mi mirada a la pantalla donde pude ver el nombre del Agente Charles.

Cogí la llamada y acerqué el móvil al oído.

– ¿Si? – pregunté con una voz temblorosa.

– Señorita Blake. Tengo una noticia que darle. Acabamos de arrestar a su agresora.

Toda la tensión que tenía en mi cuerpo se esfumó. Ahora, parte de mi ser flotaba en nubes.

– ¿Estás seguro de que es ella? – pregunté dudosa.

Mientras, Mery me miraba preocupada.

– Si. Dentro de unos días habrá un juicio en al que usted tendrá que asistir – comentó – Ya avisaré a su padre de toda la demás información – añadió.

– Está bien. Gracias – dije para después colgar.

– ¿Qué pasó? – preguntó mi mejor amiga con mucha impaciencia.

– Han arrestado a Elena – dije aún sin creérmelo.

– ¿Qué? – preguntó Adam el cual se había acercado a nosotras.

Ambas lo miramos.

– ¿Qué os pasa? – preguntó César una vez que estaba a nuestra altura. Después vinieron Rayan y Mandy.

Hubo un par de segundos en silencio hasta que Adam habló.

– Han arrestado a Elena – dijo lentamente mirándome.

Y ahí el silencio se hizo sepulcral.

– Y... ¿te dijo algo más? – preguntó Mandy como si tuviera miedo a hablar.

– Que tengo que ir a un juicio en unos días... – dije mirando al suelo – Pero no os preocupéis. Casi el problema está solucionado. Ahora tenemos otro– añadí señalando a mi frente el cual estaba todo lleno de objetos de decoración.

Todos asintieron y volvieron a lo que estaban haciendo excepto César quien me abrazó.

– Me tienes aquí, para lo que necesites – dijo susurrando a mi oído.

Inmediatamente sonreí.

Después de un rato así, le di un beso y volví a hacer lo que estaba haciendo.

No es que me preocupase que la hayan detenido, al contrario. Lo que me preocupaba era el juicio. Volver a verla, a tenerla a unos metros de mi. Solo pensarlo ya me ponía los pelos de punta.

***

Mery empezó a reírse como una posesa lo que hizo que yo también me riera.

– Ay no para. Que me duele todo – dije intentando cesar mi risa poniendo una mano en mi tripa.

– ¿Si me duermo aquí que pasa? – preguntó Adam.

– Te aconsejo que no. ¿Quieres acabar maquillado? – preguntó Mery a lo que Adam negó rápido.

Eran las 8 de la tarde y los seis estábamos tumbados en el suelo. Habíamos trabajado sin parar hasta acabar. Lo mejor es que había quedado perfecto.

InvisibleWhere stories live. Discover now