11. ESTRELLAS

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Ahora mismo me encontraba tumbada en el suelo, junto a César.

Mery se empeñó en que Adam durmiera con ella a lo que yo claramente protesté pero no me hizo caso.

Oímos un ruido lo que me alarmó. Miré hacia César y él a mi.

En silencio nos levantamos y fuimos hacia la puerta.

Miré hacia la pareja y estos estaban dormidos. Muy monos lo dos. Me daban hasta asco.

Abrimos la puerta del cuarto de Mery y salimos en silencio. Nos acercamos hasta el balcón interno arrastrándonos como serpientes. Casi me da un infarto al ver quien estaba abajo.

Me levanté de un salto. Agarré a César de la muñeca, se levantó y tiré de él hasta meterlo en la habitación lo más rápido que pude.

Me subí a la cama, pasé por encima de Mery y empujé a Adam quien cayó al suelo. Esté se despertó nada más tocar el suelo.

–¡¿Pero que problema tienes?!– dijo Adam levantándose del suelo de muy mal humor.

–Cierra el pico y escóndete– dije amenazante.

–¿Qué pasa?– preguntó Mery a mis espaldas quien hablaba con voz soñolienta.

–Tu madre está abajo– esta abrió los ojos como platos. Me giré hacia César y Adam– Meteros debajo de la cama. ¡¡Va, va!!

Adam seguía parado delante de mi.

–¡¿Qué no entiendes de VA VA?!– dije gritando/susurrando.

Al final este me hizo caso y ambos chicos se metieron de bajo de la cama. Salté de la cama hasta llegar a las mochilas de estos y meterlas bajo la cama, junto a sus dueños.

–Auch. Me has dado en toda la nariz– dijo Adam molesto.

–Te equivocas. Tu nariz estorbaba– dije corrigiéndolo.

–¡¡Mentirosa!!

–¡CALLATE!

Me encantaba hacer enfadar a Adam, aunque este no era muy buen momento para hacerlo.

Rápidamente me senté en un puff que había a mi lado y empecé a jugar nerviosa con mis dedos.

A los pocos segundos la puerta de la habitación se abrió dejando ver a Belén.

–Hola chicas. Vine a por el portátil que se me olvidó– dijo levantando dicho aparato para que lo viéramos– Pasadlo bien– miré a Mery quien se concentraba en su móvil.

Volví a mirar a Belén quien me sonrió y cerró la puerta. Hasta que no oímos la puerta principal cerrarse no nos movimos.

Solté un largo suspiro. Bajé a por agua, tenía la garganta seca. Después de beber un vaso salí hacia la entrada a buscar un anillo de Mery que tenía en la chaqueta, la cual, estaba colgada en el perchero de la entrada.

Metí la mano en un bolso pero no encontré el anillo. En cambio, toqué algo circular. Lo saqué. Fruncí el ceño.

Lo que tenía en mis manos eran dos pulseras. Entrecerré los ojos y supe perfectamente que eran pulseras que brillaban, pero no sabía como.

En la pulsera había enredado un trozo de papel. El corazón se me puso a mil. ¿Otra vez lo mismo?

Aterrada del miedo llamé a Mery. Esta, es unos segundos ya esaban bajando por las escaleras. No quitaba ojo de las pulseras.

InvisibleWhere stories live. Discover now