[+18] Y por esa razón terminamos [Finalizada]

*Capítulo Uno: "Luna de amor"

Desperté de una perfecta fantasía; envuelta en delicadas sábanas blancas, tersas y aromatizadas con una esencia floral que se coló sin problemas en mis fosas nasales.

A pesar de estar alerta y con los cinco sentidos despabilados, todo parecía tan quimérico y perpetúo, que no ansiaba abandonar nunca el recinto donde habitaba mi alma desnuda. La fantasía mágica del ensueño me mantenía prisionera en una cárcel de oro puro y pese a no tener libertad, mi corazón sabía que la realidad estaba más colmada de dicha que una simple ilusión emocional y pasajera, que desaparecía en un arrebol. Mi mente nunca antes concibió la idea que levantarme de una forma tan hermosa y cálida, se trataba de un placer fantástico que me brindaría una felicidad superior.

Jamás sentí tanta paz luego de dormir, plácidamente, en los brazos del hombre que amaba con locura y desenfreno.

Una sonrisa embobada acaparó mis labios al oír muy de cerca las olas del mar chocar contra los peñascos de las orillas. No me encontraba en territorios franceses, ese día amanecí en los balsámicos vientos de Italia, en la isla central del mediterráneo, Cerdeña, para ser más exacta.

Al principio, la luna de miel después de mi ceremonia matrimonial, no estuvo en mis planes de recién casada, pero por confabulación del trío más loco que conocí, terminé abandonando el país en el que residí por más de ocho años. Ese precioso paraíso marítimo llamado Cerdeña, era mucho más que playas de aguas cristalinas y sitios de veraneo en los que pasear, estando allí me sentía en contacto con la naturaleza que alguna vez deje atrás y sobre todo, comprendí lo feliz que era estando junto a mi amado esposo.

Mis ojos se abrieron con lentitud, al igual que una flor primaveral, me moví un poco inquieta y lo primero que divisé fue el perfecto rostro del hombre que fue mi compañero durante tanto tiempo. Mi corazón empezó a latir de modo alocado cuando denoté el roce de su piel desnuda contra la mía, su torso bien esculpido por los múltiples años de entrenamiento ocasionaron que mi estómago explosionará en sensaciones cautivantes que ansiaba destapar. Apoyándome sobre mi codo, conseguí ponerme más arriba de la visión más alentadora que hasta ese momento conocía. Era sencillo, me encontraba ensimismada con ese hombre ¿Qué había hecho con mi antiguo yo? ¿Cómo consiguió destruir mi personalidad temerosa con su amor? ¿Cómo conquistó a una bipolar de mi nivel sólo usando su mirada? Cual fuese el método que empleó, le dio un resultado perfecto que ahora me ataba a él por siempre.

Un mechón de cabellos negros cubrían parte de su perfilado rostro de tonalidad tostada, su pausada respiración de niño y la tranquilidad del sueño que vivía, me asustaron demasiado ¿Qué puede causar esa paz en él? Medité mientras un sentimiento extraño abarcaba grandes cantidades de mi alma. A medida que "el raro sentimiento" iba acrecentándose a la velocidad de la luz, descubrí algo que heló mi sangre.

Por primera vez en mi vida fui dueña de los famosos celos de quienes tanto hablaban las personas enamoradas. ¿Yo celosa? Preguntó mi subnormal consciencia. No. Era imposible. Mis mejillas enrojecieron por la vergüenza y rabia que acarreaban esas nuevas sensaciones agridulces. Sentir celos gracias a sueños que ni siquiera conocía, no era normal, nada normal.