*Capítulo Tres: "Eterno"

11 1 0
                                    

¡Demonios! Fue lo único que mi mente enfurecida, por la secuencia de sucesos nada buenos, pudo dilucidar

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

¡Demonios! Fue lo único que mi mente enfurecida, por la secuencia de sucesos nada buenos, pudo dilucidar.

¡Diablos! Repetí mientras mi molestia aún gobernaba gran parte de mi corazón. El enojo se evaporó dando lugar a la desolación.

¿Por qué a mí? Me pregunté reteniendo las ganas que me embargaban de echarme a llorar, con rumbo hacia la nada. Los momentos más relevantes en mi vida fueron opacados y cambiados en tan solo unos contables minutos. Todo por culpa de un ser que merecía estar trescientos metros bajo tierra. Suspiré desesperanzada.

La tensión maltrecha entre el hombre de mi vida y yo, desprendía un voltaje demasiado alto, creando una atmósfera inestable. Mi felicidad, conseguida a base de lágrimas, pendía de un hilo muy delgado gracias a un maldito tipejo, que según lo previsto, planeaba arruinarme la existencia con su desagradable aparición. La cólera y desprecio sepultados para Kyuhyun volvieron a revivir por sus idioteces. ¡Qué ironía! Al fin encontraba la paz al lado de un hombre al cual amaba, y esta era derrumbada por las inseguridades que sembraba la presencia de otro, que amenazaban con mandar al desagüe mis esperanzas de sonreír junto a Zhou Mi.

El estúpido, poco hombre, animal salvaje, cavernícola, troglodita, bárbaro, inhumano, atroz, basura, agua de alcantarilla y demás adjetivos calificativos nefastos que mi vocablo extenso pudiera tener, convirtió mi luna de miel en un verdadero infierno calamitoso, y no exageraba.

Lo odiaba más que antes. Verlo no me afectó en lo absoluto, ningún sentimiento bueno o malo afloró destinado a Kyuhyun, mas la bestia insegura de mi querido esposo, guardaba cierta incertidumbre al creer que yo correría a los brazos de ese hombre, como una quinceañera que se reencuentra con su primer amor, luego de atravesar un millón de obstáculos. Era ilógico.

¿En serio me creía con tan poca masa cefálica? No mentía al decir que amaba a Zhou Mi de una manera inconcebible para mi cordura, casi enfermiza, debo admitir. Lo adoraba y era ciega al confiar en él, al punto de ponerme una venda en los ojos para no observar la mefistofélico parte de su alma, que siempre me escondía entre las penumbras de sus pensamientos.

Una cosa era amarlo a un nivel irracional y otro muy diferente era soportarle sus ataques de celos sin fundamentos. ¡Tenía treinta y dos años! Yo no era una chiquilla confundía que se chupaba el dedo todo el bendito día ¡Por Dios! —me enojaba su actitud—, cada uno mantenía ideas claras y concisas respecto a los sentimientos de otro. Él conocía mi frialdad mejor que ninguna otra persona, comprendía la dificultad que conllevaba hablar sobre las emociones escondidas en mi corazón. No era necesario decirle te amo las veinticuatro horas del día para que se fiara de mi cariño. Zhou Mi ya sabía que los latidos de mi corazón estaban predestinados para él.

Negué sin esperanza. Él no confiaba en mi amor y eso me dolía.

Todo se desmoronaba frente a mis ojos y no encontraba la opción correcta de frenar mi nuevo martirio. Tal vez lo mejor era darnos un tiempo para pensar.

[+18] Y por esa razón terminamos [Finalizada]Where stories live. Discover now