Capítulo 12

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Acallé cada pensamiento y recuerdo sobre la fiesta de Ashley, con mayor razón, la pelea entre Chase y Mika. Anne solo se limitó a preguntar qué había ocurrido entre los dos antes de lanzarse golpes. Contesté con la verdad, que no entendía nada —bueno, tal vez mentí un poco—. Después pasó a preguntarme sobre lo que ocurrió cuando me dejó sola con Chase. ¿Qué pasó realmente? Apenas logro definirlo, Chase y yo bailamos, luego... hui de algo que me puso nerviosa, ansiosa y me obligó a meterme por algunos minutos dentro del baño. De verdad, quiero olvidar lo que pasó anoche.

Ya de noche vuelvo a mi humilde hogar. Saludo al portero, quien me devuelve el saludo con un ademán. Ya deberían conocer mi rutina de saludar al Sr. George, ¿no? No me detendré en explicaciones y cuentos que ya conocen. Me siento algo cansada para hacerlo. Me siento cansada de solo pensar que tendré que dormir en el sofá y aguantar los apretones de tía Molly.

Golpeo la puerta. Escucho un ajetreo desde el otro lado y deduzco que es tía Molly quien se acerca con pasos agigantados que retumban por el pasillo —bien... lo último no ocurre, pero quiero ponerle dramatismo al asunto— y causan un pequeño temblor cuando sus grandes y gordos pies caen contra el suelo.

—¡Oh, pequeña! —cacarea en cuanto abre la puerta y me ve—. ¡Oh mi sobrina favorita!

—Hola.

Mi saludo casi inaudible es interrumpido por sus gruesos, ásperos y dolorosos dedos apretando mis mejillas, amasándolas. Es algo doloroso, pero ellas ya se están acostumbrando a los apretones de tía Molly.

—¡Mira qué grande estás, Michi!

Libre de sus grasientos dedos, me dispongo a entrar. Ella se hace a un lado junto al marco de la puerta, brindándome un espacio pequeño para ingresar al departamento. Debo pasar de lado y lentamente para no chocar mi espalda contra su enorme estómago.

Miro hacia la sala, donde mamá se encuentra sentada en uno de los sillones junto al televisor, de manos y piernas cruzadas, haciendo ese movimiento singular con su dedo índice chocando contra su brazo. Ese particular gesto significa una cosa:

—Michelle Geraldine Wallas, Chase me lo ha contado todo.

¡Dios mío!, ¡Dios mío!, ella ha dicho mi nombre completo.

¿Lo leyeron bien? Digo, por si me he oído mal. Maldeciré a Chase y a toda su familia si Betty reaparece en mi vida... y en mi trasero.

—¿Ah... sí?

—Sí, señorita, tú y yo hablaremos en este instante sobre...

—Mamá, espera. —No sé en qué momento he avanzado hasta la sala, pero necesito inventar una excusa contundente que repare el hecho de haber ido a una fiesta sin su permiso—. Lo puedo explicar.

—No hay que dar explicaciones. ¿Cuándo pensabas decírmelo, Michi?

Mamá me hace una señal con un sutil movimiento de ojos para sentarme en el sofá, frente al televisor, tía Molly se sienta junto a mí, lo que provoca que no me sienta tan indefensa. Vamos, mamá no me golpearía frente a su hermana y tía Molly no dejaría que pasase.

Eso espero.

—Es que... —lanzo un bufido— sabía cómo te pondrías, por eso no quise hacerlo.

—Michi, puedo hacer excepciones. ¿Sabes? Soy flexible cuando se tratan de estos temas.

—¿¡Desde cuándo!?

Creo que mis ojos están tan abiertos como un búho por la noche.

—Bueno, puedo serlo con temas escolares, cariño.

Rompiendo tus reglas ⚡️Versión antigua ⚡️जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें