Rompiendo tus reglas ⚡️Versión antigua ⚡️

37

—Hasta luego.

Salgo de la sala haciéndole una seña al profesor Mars. Tras otros minutos platicando sobre lo que respecta a mi futuro, decidí cortar la conversación alegando que debía ir a trabajar. Y, aunque parece más una excusa bien planificada para no seguir con la inquietante conversación sobre mi inminente futuro, es cierto: debo ir a la cafetería después de clases.

Ya afuera de Jackson, busco a Chase —quien como debo suponer debe estar esperándome para ir a mi trabajo—, sin embargo, no lo veo por ningún lado. No hay rastro de él, no suele desaparecer de la nada, no sin decirme antes, tampoco es algo de lo que me deba preocupar.

Saco mi celular con el fin de enviarle un mensaje. Mi, para nada ostentoso, celular del siglo pasado —como le suele decir Allek— no dispone de saldo.

Gracias destino, gracias compañía telefónica, gracias Chase por desaparecer sin avisar.

Lanzo una patada al aire sin despegar mi vista de las palabras molestas que me han provocado un mini ataque de ira con el celular, pero en cuanto mi pierna estirada toca algo sólido, alzo mi cabeza más que asustada. Allek, frente a mí, se soba su rodilla.

—¿Qué pasa contigo, Wallas? —interroga entre quejidos— ¿Quién eres? ¿Chun Li?

—Lo siento, lo siento —expreso casi en un tono de súplica. Por un milisegundo creí que había golpeado a alguien desconocido... o peor, a algún profesor—. No lo hice apropósito —lo tomo por los hombros, inclinándome para ver cómo se encuentra—. ¿Estás bien?

—Casi me dejas en silla de ruedas —manifiesta, volviendo a enderezarse.

Está serio, como acostumbra a estarlo.

Comienzo a pensar que don expresivo de verdad es un espía robot o algo por el estilo. Que el destino apocalíptico de la Tierra está cerca y las máquinas dominarán la Tierra como en las películas de Terminator. Nadie puede lucir tan inexpresivo todo el tiempo, por Dios.

Cuando me predispongo a preguntar por Chase, la melodía andrajosa de mi celular, interrumpe mis palabras, miro la pantalla comprobando que es Chase quien llama. No lo pienso dos veces y contesto:

—Hola... —saludo, como si nos hubiésemos visto en todo el maldito día.