Capitulo 5

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Giré mi vista hacia la ventana soltando un largo suspiro, respiré lentamente tratando de no entrar en pánico y preferí concentrarme en los edificios que desfilaban frente a mí. Un mechón de cabello resbaló en mi frente, parpadeé cuando se enredó en mis largas pestañas y solté una risita. Acomodé el mechón de vuelta a su lugar y froté mis manos tratando que se calentaran un poco. Sentí una mirada en mí y giré mi cabeza lentamente hacia la derecha.

-No estés nerviosa -me animó Stuart, agarró mi mano y la apretó ligeramente tratando de hacerme sonreír.

-Lo peor que te puede pasar es que una fan te muerda, son salvajes -la sonrisa que se había comenzado a formar en mis labios se desvaneció. Ed se había mantenido callado desde el otro lado del carro hasta este momento.

-No lo escuches, ellas no son así. No habrá fans cuando lleguemos. Ed cállate -le susurró, Ed soltó una risa burlona y luego murmuró algo inaudible. ¿Por qué actuaba de esa manera?

-Está bien -sacudí la cabeza y volví a fijar mi vista hacia la calle.

Después de que Ed se fue de mi departamento ayer, Stuart me habló para invitarme a desayunar, esta vez los tres. Él quería que hiciéramos más publicidad por así decirlo y nada mejor que actuar en... público. Acepté y cuando terminé la llamada escogí la ropa que ahora tenía puesta. No era algo muy llamativo, solamente un vestido, sencillo pero muy bonito; especial para usar durante el día. Me tomé la molestia de peinar mi cabello en una trenza de pescado y acomodarlo en mi hombro derecho. Nada formal.

-Estamos cerca, ¿recuerdas qué hacer? -Me preguntó Stu y negué con la cabeza nerviosamente-. Bueno, Ed escucha -dijo palmeando su pierna, Ed bloqueó su iPhone y concentró su atención en nosotros-. Bajaremos y tú estarás junto a Melanie, se agarrarán de la mano y sonreirán como tontos. -La indicación más sincera que había escuchado-. ¿Hiciste lo que te dije?

-Sí, eso acabo de hacer -contestó señalando su teléfono que estaba en su regazo, de repente comenzó a sonar sin parar.

-Perfecto, llegamos. Manos a la obra, -dijo frotando sus manos con una sonrisa malévola.

El carro se estacionó en la entrada del restaurante y Ed bajó primero, luego Stu y yo de último. Al estar de pie, acomodé las orillas de mi vestido y levanté la mirada al sentir que alguien me observaba.

-¿Terminaste? -Me preguntó Ed con los ojos entrecerrados, asentí rápidamente y él extendió su mano. Entrelacé mi mano con la suya estremeciéndome al sentir su tacto y entramos al restaurante.

De todas las mesas que estaban disponibles en la parte interior del restaurante, Stuart eligió una mesa al aire libre.

-¿Por qué aquí? -Preguntó Ed arrugando la nariz, mientras inspeccionaba el lugar con la mirada-. Está soleado -puso su mano a la altura de sus cejas dándole sombra a sus ojos.

-No te quejes -contestó Stu sentándose frente a mí-. Tiene palapa, el sol no dañará tu piel de bebé -se burló, Ed se mantuvo callado y siguió inspeccionando el lugar con la mirada.

-Piel de bebé... -Ed gruñó.

A pesar de que el día estaba soleado, no había calor, la temperatura era muy agradable. En el interior del restaurante había ventiladores que refrescaban el lugar; en cambio aquí, dependíamos de la brisa. Además, tenía flores como adornos, que refrescaban y aromatizaban el área. Estábamos sentados junto a la cerca que separaba las personas que caminaban en la acera, no era un buen lugar para platicar pero no venimos exactamente a eso.

-¿Te gustaría comer algo Melanie? Es bufete -me ofreció Stu levantándose repentinamente de su silla.

-Fruta por favor -le contesté. Ed se levantó y palmeo la espalda de Stuart, los dos se fueron al mismo tiempo.

Sunburn. [Ed Sheeran]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora