Capítulo 34

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-Oh, ¡mira quién decidió salir de su cueva después de una semana! -Mi mamá canturreó al verme atravesar la cocina y la ignoré poniendo los ojos en blanco. Aunque debía admitir que detrás del sarcasmo empleado, ella tenía razón-. ¿Se ha acabado el chocolate Melanie?

-Sí, -contesté sin ánimos y comencé a sacar los objetos de las bolsas que había comprado previamente.

-¿Qué es todo esto? -Preguntó al verme a acomodar el chocolate en la alacena.

-Fui al supermercado. El día que llegué te dije que invité a unas amigas, ¿lo recuerdas mamá? -La vi de reojo, ella estaba frunciendo el ceño y supe de inmediato la respuesta.

-Claro que lo recuerdo -mintió.

-Por cierto, se llaman Elena y Evelyn -le informé mientras cerraba la gaveta de la alacena y caminé hacia la mesa para guardar el helado en el refrigerador.

-Elena...

-Elena la novia de Jared, mamá -le recordé y asintió en respuesta.

Se produjo un incómodo silencio en la cocina. Cuando terminé de escorar lo que había comprado y giré en su dirección, me di cuenta que me estaba observando.

-Has cambiado -ladeó la cabeza recorriéndome con la mirada, ahora de pies a cabeza. Aquí vamos de nuevo.

-Mi cabello ha crecido y ahora tengo ojeras, es lo único que ha cambiado -le respondí encogiéndome de hombros. Agarré las bolsas de la mesa, y las acomodé en un estante. Estaba siendo evasiva y ella no se daba cuenta-. Tú eres la que ha cambiado.

-No eres la misma de antes cielo -murmuró y no pude afirmar si fue sarcasmo o no.

-Mamá, te has pintado el cabello de rojo -me quejé sentándome frente a ella y enarqué una ceja-. Puedo decir que claramente tú no eres la misma de antes, -resoplé pasando una mano a través de mi cabello.

Ella me vio asombrada, abriendo desmesuradamente sus verdes ojos y negó con la cabeza. Ahora que estaba frente a ella y podía verla detenidamente, me di cuenta que no había cambiado tanto físicamente como había imaginado. A pesar de tener 38 años, mi mamá era muy joven físicamente. Su rostro seguía libre de arrugas o líneas de expresión, aún usaba ese maquillaje que perfeccionaba más su cara haciendo que luciera como de porcelana y su piel lucía mucho más clara con su nuevo tono de cabello. Pero, de tantos colores que ella pudo elegir para su cabello, optó por el rojo. Era rubia natural, ¿por qué teñirse el cabello si natural era perfecto? Bueno, al menos no era naranja...

-¿El humo de Londres te afecta, o algo? Melanie no te he visto en mucho tiempo -negó con la cabeza viéndome como si yo fuese la culpable. Bajó la mirada viendo las uñas de su mano izquierda y después de unos momentos sacudió la cabeza; ella trató de contar cuantos meses habían pasado pero fue muy claro que lo había olvidado.

-Un año y seis meses mamá, no nos hemos visto en un año y seis meses -suspiré pesadamente y le dediqué mi mejor sonrisa fingida.

-¿Cómo has estado? -Manoteó el aire restándole importancia a lo que dije.

Entreabrí los labios para responderle, pero lo pensé por un momento-. Bien, yo... bien mamá -repetí evitando su mirada. Ni siquiera sabía la respuesta a su pregunta.

-¿Alex se ha portado bien en Londres? Hablé con Lynn y me dijo que su hijo es irremediable.

-Bueno, tía Lynn lo ve de diferente manera -me reí-. Alex es muy hiperactivo y fastidioso, tienes que tener mucha paciencia para estar con él pero sinceramente se ha estado portando bien.

Sunburn. [Ed Sheeran]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora