capitulo 19

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Bella

Tome la pastilla con las manos temblorosas y la pase por mi garganta con la ayuda del agua. ¿A que se refería él? .Mis pensamientos venían y se iban, un ciclo que me mantenía confundida.

La celebración había concluido hasta las cuatro de la madrugada, había llegado a casa sola por que mis padres tomaron un vuelo directo a suiza para pasar su luna de miel, a Andrew no lo había visto por el resto de la noche.

Limpie mi labio herido, ¿ que le diría a Dalton sobre la herida? Cameron me mordió lo suficiente como para que fuera bastante notorio.

Revise mi celular, tenía veintiocho  llamadas perdidas de Dalton, dieciocho mensajes suyos  diciéndome que le contestara las llamadas. Había dejado el móvil en casa por que no quería distracciones el día de hoy. Traté de regresarle la llamada pero no contestaba.

El cansancio me venció, me acosté en mi cama aún con mi vestido y las zapatillas , mi agotamiento no me permitió sacarme el atuendo así que dormí con el.

Cuando amaneció, escuche un escándalo abajo. Me levante deprisa pasando por alto mi atuendo. Me quite las zapatillas mandándolas al suelo de golpe, abrí la puerta saliendo corriendo descalza, el mármol frío causó un escalofrío por mi cuerpo pero lo ignoré.

—Quítate de mi camino— Alcancé a escuchar a Dalton. ¿Ya había llegado?. Su voz ronca estaba llena de coraje.

—Lo lamento, señor Rinaldi, pero hasta que su coraje baje no le será posible ver a la señorita, por seguridad.

—¿Me estás diciendo que no puedo ver a mi mujer?— Dalton recalcó «mujer» marcando territorio. Atrás de mi pelirrojo habían seis hombres que en mi vida había visto, estaba segura que no formaban parte de los hombres de papá.

Me paré enfrente de ellos, la mirada verdosas de Dalton se oscureció cuando repaso mi cuerpo, el vestido no era de su agrado lo supe en cuanto cerró los ojos y murmuro maldiciones.

Dalton con un empujón brusco,mando al hombre al suelo.

Trague saliva y sonreí con nerviosismo, pase un mechón por detrás de mi oreja. Se acercó a mi tomando mi rostro entre sus grandes manos.Dios mío , ¿por que todo tenía que ser grande en él? cosas buenas, bella, cosas buenas.

—¿Te tocó, cierto. — Sus ojos viajaron a mis labios observando la herida con coraje— Ese hijo de perra— ¿como lo sabía? . Impacto ahora sus labios en los míos lastimándome un poco, la herida era fresca así que me dolía aún, pero eso Dalton no lo noto, él estaba más concentrado en querer marcarme como suya enfrente de todos los hombres que nos miraban con suma atención.

Se separó de mi después de dejarme los labios un poco hinchados— ¿Que te dije de usar este tipo de vestidos? — Ignoré su pregunta observando la camisa negra que traía, salive con tan solo ver sus músculos.— Niña

—Que sólo usará vestidos reveladores en compañía tuya—Conteste sumisa. Realmente no es que lo fuera, me excitaba el hecho de querer obedecerlo. Un hombre dominante era un Dios para mi, me gustaba que lo fuera.

—¿Y por que no obedeces? — Me encogí de hombros perdiéndome en sus mirada. Era tan atractivo que te dejaba estupida con tan solo verlo.

—Te extrañe — Susurre. Solo fueron tres días de estar separados pero yo lo sentí una eternidad, supongo que cuando se está enamorado , el tiempo es largo cuando estás separado de tu pareja.

—Yo también— Contestó. Un carraspeo llamo nuestra atención. Santiago ingreso  por la puerta y nos observo incómodo.

—Buenos días— Saludo. Dalton acercó su boca a mi oído para susurrar«Cámbiate, saldremos. Usa un vestido blanco» . Asentí. — ¿Por que tus hombres están aquí, Rinaldi? — Dalton me miro esperando a que subiera a mi habitación, la curiosidad era algo que siempre odie, me quedaría con la duda de la respuesta de mi pelirrojo.

Bella +18  (4 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora