¡¿Otra oportunidad?!

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28.¡¿Otra oportunidad?!

Solo una semana más. Sin ver a Ryan. Sin hacer nada. Lamentándose, como era común en Brendon. Después de haberse enterado que habían dado de alta a Ryan no sabia que más hacer. Se sentía indefenso. No encontraba las palabras para ir con Ryan después de lo que había pasado. Siempre llegaba a su mente la imagen de un herido Ryan que necesitaba de su ayuda, pero el solo reprimía esa imagen.

Había sido una semana dura para Brendon, se había distanciado de Dallon, la banda no estaba en su mejor momento, y lo que más le dolía a él era el no poder ver a Ryan frente a frente.

Sabía que tenía que tomar coraje e ir con Ryan, decirle todo lo que pasaba por su cabeza sin importar lo que el dijera. Pero él sabía que Ryan estaba herido, no solo físicamente también emocionalmente y eso era realmente difícil de arreglar, el más que nadie, sabía lo difícil que era.

Tomó una ducha para refrescar su mente, o al menos para mantenerse ocupado. Con el agua fría para mantenerlo despierto, tarareaba una canción, era una canción en la que estaba trabajando, pero solo tenía dos palabras, era una canción que él estaba escribiendo para Ryan, no sabia como seguirla por qué no tenía a Ryan para apoyarlo ni para inspirarlo. "Hey Moon..." se escuchaba por el baño, esa era toda la línea que tenía para su canción y como todas las veces que la cantaba, no sabia como continuarla.

Al terminar de ducharse decidió irse de su departamento, sabía exactamente a donde quería ir, no podía seguir evitando más a Ryan, no podía seguir así.

Bajo de su habitación y se encontró con Dallon, dormido en el sofá, al verlo, sintió culpa por ser un tan mal amigo con el, sabía que no era el momento adecuado para molestarlo así que dejó la conversación con él para otro momento.

Se fue caminando, lentamente, estaba ansioso por llegar aunque había algo que se lo impedía.

Al llegar se quedo frente a la puerta, esperando que solo fuera un sueño, su corazón latía a mil no sabia como detenerlo. Dio un gran suspiro antes de tocar. Levantó su mano lentamente para dar dos golpes a la puerta de Ryan, antes de poder tocar se abrió la puerta. Era Ryan.

Los dos se miraron perplejos, ninguno de los dos podía hablar o moverse simplemente se veían el uno al otro. Brendon tragó saliva, estaba extremadamente nervioso, él debía ser el primero que hablara ya que quería ser escuchado.

—Ryan...

Susurro Brendon con una voz insegura.

—Oh...hola—dijo el mayor, apartando su mirada de la de Brendon y mirando al suelo, inseguro de lo que estaba pasando—Pasa Brendon.

Brendon hizo caso a lo que Ryan le había dicho, Ryan no se escuchaba enojado, ni feliz, ni triste. Solo eran palabras vacías. Se sentaron en la sala, uno frente al otro. El tiempo es inamovible, no puede ir mas rápido o mas lento, aunque para ellos los segundos parecían no acabar nunca.

—Te extraño.—hablo Brendon de manera rápida, el dolor podía notarse en su voz que parecía que en cualquier momento se quebraría. Ryan tragó saliva, no sabía qué hacer o decir, tenía mucho por decirle pero no encontraba las palabras para hacerlo.

—Las cosas han sido difíciles—respondió con una pequeña sonrisa en su boca, no sabía que más decir así que miro al suelo y comenzó a mover sus pies, nervioso.

El pelinegro le miro un poco confundido por su respuesta, por su parte Ryan se levanto para ir a la cocina, le ofreció a Brendon un poco de ron, este de inmediato acepto, sus problemas con el alcohol no podían dejar que rechazará un trago. Entonces Ryan llevo dos vasos con ron a la sala y se dispuso a tomar un trago, fingiendo que nada importante estaba pasando, Brendon hizo lo mismo que el pero al terminar su trago se decidió a hablar, al abrir la boca fue interrumpido por el timbre del celular de Ryan.

—Perdón Bren, debo contestar—dijo mientras miraba la pantalla de su celular.

Solo asintió, intentó escuchar un poco la conversación que Ryan estaba teniendo.

—Si, nos vemos más tarde—respondió alegremente Ryan hacia la otra persona—...es una cita, adiós.

Cuando regresó solo vio a Brendon cruzado de brazos, desaprobándolo con la mirada.

—Tendrás una cita—resaltó enfadado.

El castaño miro al suelo e hizo una mueca, no sabía cómo explicarle a Brendon que estaba pasando.

—Tenía pensado decírtelo—mencionó quitándose la culpa—el día que me dieron de alta, mientras iba caminando me encontré con Pete...—Brendon se levantó de el sillón petrificado y haciendo una gran expresión de duda—bueno creo que debía darle otra oportunidad.

—¿Le darás una oportunidad?—preguntó un tanto ofendido—Si no recuerdas el te ¡disparo!

Los recuerdos de la imagen de Ryan agonizante recorrieron la cabeza de Brendon, eran recuerdos que difícilmente abandonarían su cabeza. Esos recuerdos lo hacían sentir indefenso y culpable, culpable de todo lo malo que le había pasado a Ryan hasta ahora, y, con el historial de Brendon, el remordimiento no era algo que le ayudara con sus problemas.

Los dos callaron un momento, un momento incómodo los había inundado. Brendon pensaba que Ryan estaba perdiendo la cabeza, como podía ser que perdonara a alguien que casi lo mataba y a él no. Era una broma de mal gusto. El menor buscaba la mirada de el otro con tal de encontrar alguna respuesta, pero Ryan solamente lo evadía.

—¿Enserio me vas a hacer esto?

Brendon lo cuestionó de nuevo pero no recibió una respuesta inmediata. Ryan dio un gran suspiro antes de volver a hablar.

—Brendon tú sabes que siempre estaré enamorado de ti, pero en verdad me haces mucho daño y yo a ti, esto no es sano para ninguno de los dos—ahí estaba, la señal universal de que ya no quería estar con el.

Él pelinegro soltó una risa burlona, no aceptaría un no por respuesta, de nadie, mucho menos de Ryan. Brendon era una persona terca no dejaba que nadie le corrigiera. Necesitaba un si de Ryan, había pasado bastante tiempo queriendo estar de nuevo con Ryan y ahora que había tenía el valor no podía aceptar un no, más bien no quería aceptar que Ryan lo estaba rechazando una vez más y menos en una situación tan delicada como la que estaban pasando.

Por su parte, Ryan quería volver con el, con todo su corazón, aunque sabia que ese no era el momento indicado, necesitaba procesar todo, necesitaba un tiempo para el; sabía que estaba mal al volver con Pete pero no sabía que más podía hacer, pues, desde que se volvió prostituta siempre tuvo que depender de alguien para llenar el vacío que sentía todos los días. Sabía que esto le hacía mal, pero no sabía cómo dejar de sentirse y hacer eso.

—No me rendiré Ross...—afirmó Brendon con un toque de egocentrismo en sus palabras—nunca—la melancolía recorría esa palabra, nunca, a veces buena, otras mala.

—Lo sé.

El menor se fue de ahí, se fue de lo que había sido solo un encuentro casual entre dos corazones que se amaban pero no podían estar juntos.

Al irse, Brendon sabía exactamente a donde quería ir, a un bar, embriagarse y olvidar la tristeza que sentía al escuchar las palabras de Ryan, al escuchar que ya no era suyo.

Llamo a Dallon, necesitaba estar con su amigo, le dijo que lo esperaría en un bar cualquiera. Obviamente Dallon aceptó. Al encontrarse ahí los dos se abrazaron y bebieron hasta no poder más. Hasta no sentir más.

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Moon Boy| RydenWhere stories live. Discover now