Enamorada De Un Yuppy [✔️] [Gallagher #1]

Capítulo 3

La alarma de las siete me saca de mi ensoñación.

Hoy es el día.

Pensé que quizá era todo una pesadilla y que pronto despertaría, pero no es así.

Sin ganas, salgo de la cama y saco el uniforme del armario.

Cuando estoy a punto de terminar de abrochar todos los botones de la camisa, me doy cuenta de que sobra uno. No puede ser... Con las prisas la he abotonado mal.

No va a ser un buen día.

Tras abotonar de nuevo la camisa y ponerme el resto del uniforme, bajo con la corbata en la mano hasta la cocina.

—Buenos días —doy un respingo al escuchar la alegre voz de Axel y le miro con cara de pocos amigos.

—Serán buenos para ti —refunfuño.

Me acerco a Julie y le tiendo la corbata, su sonrisa lo dice todo.

—Buenos días, señorita —toma la corbata de mis manos y levanta el cuello de la camisa. Ya sé que debería hacerlo yo sola, pero lo he intentado mil veces y no logro hacer el maldito nudo.

—Buen día Julie —murmuro distraída mientras observo con el ceño fruncido a Axel.

—No me puedo creer que no sepas atarte la corbata —dice tras tragarse los cereales y ríe sonoramente.

—Ja, ja, ja —río sarcástica y le fulmino con la mirada.

Cuando Julie termina, le doy una sonrisa de agradecimiento y me siento junto a Axel, él todavía lleva puesto el pijama.

Unos segundos después, mi desayuno está sobre la mesa. La verdad es que no tengo apetito, debe ser por los nervios.

—Es extraño verte así —dice mi hermano con los ojos fijos en mí—. Nunca pensé que te vería con este uniforme.

También es extraño para mí, sigo sintiendo que esta no soy yo.

Me encojo de hombros y comienzo a desayunar.

Tras casi diez minutos removiendo mis cereales con la cucharilla de metal, están demasiado blandos como para verse apetecibles, pero me gusta el sonido que hace la cucharilla cada vez que choca con el cristal del vaso.

No tengo apetito, me da asco todo.

Lisa irrumpe en la cocina como de costumbre, ganándose todas las miradas.

—Buenos días, señorita —saluda Julie cordialmente.

—Buenos días —responde cortante mientras toma una manzana del frutero. No me extraña que esté tan anoréxica, su dieta solo consta de verduras—. Hoy me voy antes.

—¿Y eso? —pregunta Axel mientras se termina los cereales.

—Quiero pasar un rato con Chris —guiña el ojo y se marcha.

—Bien, pues me visto y nos vamos —me dice Axel saliendo de la cocina.

Estoy muy nerviosa, tengo millones de mariposas revoloteando en mi estómago y no se siente nada bien. Cuanto más nos acercamos al instituto, más nerviosa me pongo.

—¿Entonces Rebeca está molesta contigo? —pregunta llevándose las manos a la nuca con aire desgarbado.

—Sí —miro de reojo a mi hermano, percatándome de cómo sus ojos verdes están perdidos en la lejanía. ¿En qué estará pensando?

—Bueno, no te preocupes —se vuelve para mirarme con una sonrisa plasmada en la cara—. Todo se arreglará.

—Eso espero...