Capítulo 4

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CHRISTIAN WILDE

Al salir del vestuario me topo con Elisabeth de frente. La rubia siempre es una alegría para la vista.

—Buen partido —una sonrisa pícara adorna sus labios.

—Gracias, aunque no es lo mismo si no estáis vosotras animando —le devuelvo una sonrisa de boca cerrada antes de coger mi mochila.

—No necesitáis ánimos para ganar —se muerde el labio inferior. Es increíble el descaro que tiene esta chica cuando se trata de coquetear. Me encanta.

—Estamos teniendo una buena racha —respondo encogiéndome de hombros sin más.

—Claro... —se acerca a mí y planta sus labios en mi cuello, dejando la marca del pintalabios. Este es su juego, hace conmigo lo que quiere, y yo me dejo hacer encantado. Elisabeth sabe bien cómo complacer a un hombre—. Tengo un nuevo reto para ti... —lame mi cuello y tiene toda mi atención.

—Te escucho.

Elisabeth y yo siempre estamos retándonos por diversión, es algo que hace especial nuestra amistad. Nos retamos y apostamos, el que reta, pone las reglas; así va el juego.

—Conquistarás a la chica nueva —susurra contra mi cuello—. Te la ganarás y, cuando más arda su amor por ti, le partirás el corazón —se separa de mi cuello y sonríe. Esta chica puede llegar a ser muy cruel.

—¿Y qué dificultad tiene eso? —no necesito hablar con las mujeres para conquistarlas, me basta una sola sonrisa para que caigan rendidas a mis pies.

—Está chica tiene un carácter difícil, no te será fácil conquistarla —se muerde el labio con malicia mientras sonríe. Por lo visto, odia bastante a la nueva.

—¿Quieres que salga con un bicho raro? —arqueo las cejas confuso.

—Tú solo enamórala, y destrózale el corazón.

—¿Por qué tan despiadada con la nueva? ¿Qué te ha hecho para que la odies así?

Me puede la curiosidad. He visto lo cruel y ruin que puede llegar a ser Elisabeth y, la verdad, no me gusta ni un pelo; pero es mi mejor amiga desde que éramos unos niños, y hay que admitir que folla muy bien, a pesar de ser un saco de huesos.

—Nacer —responde hosca—. Sí pierdes, renunciarás al equipo de fútbol.

—¿Qué? —Está apostando fuerte. No es la primera vez que apostamos fuerte, pero sí es la primera vez que voy a destrozarle el corazón a una chica por una apuesta. Confío en Beth, si ella odia tanto a la nueva, debe ser por algo—. Está bien. ¿Cuáles son las reglas?

—Tienes un mes para que se fije en ti, después, podrás tomarte el tiempo que necesites, pero debes dejarla hundida con la ruptura —se mira las uñas con desinterés y sonríe cínica—. Puedes hacer lo que creas necesario, no hay más reglas.

La verdad es que esta apuesta es bastante interesante, aunque no creo que la gente se trague así sin más que me he enamorado de la nueva, no soy de los que se enamoran. Un polvo rápido y, si te he visto, no me acuerdo; a no ser que folles bien, en ese caso, quizá quiera repetir.

—¿Aceptas? —me tiende la mano.

—Acepto —estrecho su mano sellando el reto.

Sus ojos brillan con malicia mientras se pasa la punta de la lengua por los labios. De no ser porque en nada empieza la clase, me la tiraría aquí mismo, y ella lo sabe. Disfruta provocándome.

—¿Es muy fea? —pregunto curioso. No me imagino a una rarita guapa o sexy. Elisabeth estalla en una carcajada.

Abro la boca para insistir, pero suena el timbre que finaliza el recreo y da comienzo a las clases restantes.

Enamorada De Un Yuppy [✔️] [Gallagher #1]Where stories live. Discover now