Capítulo 17

2.5K 223 8
                                    

     El cielo letárgico acompaña a los acongojados; parece que él también quiere expresarse y no sabe cómo.

     Su mano aprieta la mía asegurándose de que sigo aquí; con el pulgar le acaricio el dorso y unos segundos después me dirige una fugaz mirada. Sus llorosos ojos hablan por sí solos.

     El ataúd entra en el nicho y la placa es colocada. Los familiares lloran desconsolados.

     Los entierros no son como nos los pintan en las películas. No siempre que hay un entierro llueve, tampoco se puede echar un puñado de tierra como último adiós. Sólo puedes observar como los sepultureros tapan el nicho con cal y cemento.

     Las personas no lucen elegantes vestidas de negro, no, lucen devastadas y sin ganas de seguir adelante.

     Es curioso como funciona la naturaleza, ¿verdad?

     Unos tienen más, otros menos, pero todos acabaremos en el mismo lugar, todos seremos polvo y pasaremos al olvido.

     Después del juego, el rey y el peón van a la misma caja.

     Miro al destrozado muchacho que sostiene mi mano y le abrazo. Me siento tan impotente... lo único que puedo hacer es darle todo mi cariño y apoyarle.

     Corresponde a mi abrazo y suspira. Con una sonrisa me lo agradece, necesita a alguien.

     La gente comienza a marcharse cuando colocan la corona de flores. Gael y yo quedamos solos.

     —Lo siento tanto, papá. Pude haberte tratado mejor, tú lo merecías, me enseñaste a ser una buena persona y sin embargo así es como te lo agradecí, dejándote de lado —solloza. Su voz suena anhelante, es la de un hombre hundido—. Ya te extraño...

     Seco una lágrima de su mejilla y le ofrezco mi hombro para llorar; sé que lo necesita.

     —Eso no cambia el hecho de que él te quisiera como nadie en el mundo —le muestro una sonrisa tranquila—. Tu conciencia puede estar limpia.

     —Gracias —musita. Sus ojos indagan en los míos.

     No me imagino pasar por esta situación solo.

     —Ven, te invito a un café —propongo tomando su mano. Él se deja guiar y me sigue.

    
     La pérdida de un ser querido es lo más doloroso que existe; deja un vacío en el pecho que ya no se puede llenar. Al irse se llevan una parte de nosotros mismos y esto nos cambia como personas.

     Siempre hay que recordar a los seres queridos que ya no están, pero hay que evitar pensar en sus últimos momentos de decadencia, simplemente hay que recordar los buenos momentos con esas personas y nuestra vida junto a ellas.

     La camarera deja los humeantes cafés sobre la mesa y se aleja.

     —Háblame sobre tu padre —pido mientras vacio el sobre de azúcar en el café. Él me muestra una dulce sonrisa y repite mi gesto.

     —Él siempre ha sido mi modelo a seguir desde pequeño, siempre estuve muy unido a él —la sonrisa no desaparece de su rostro. Sus ojos están húmedos y si voz está a punto de quebrarse—. No sé en qué momento cambió eso. Crecí y comencé a pasar más tiempo con los amigos y las mujeres; dejé de lado a mi padre. Ya nunca podre pasar un rato a solas con él... Quería que estuviera orgulloso de mí...

     —Y lo está —afirmo segura—. Eres un gran chico y estoy segurísima de que serás un gran hombre.

     Su mano busca la mía por debajo de la mesa. Su tacto es cálido y suave.

Enamorada De Un Yuppy [✔️] [Gallagher #1]Where stories live. Discover now