Capítulo 26

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Christian

     Despertar con la persona que amas a tu lado es un sueño universal, ¿Verdad? Todos soñamos con amanecer y encontrarnos con esa persona especial justo a nuestro lado. Pero... ¿Y el miedo que se pasa la primera vez? Las típicas preguntas: ¿Habrá dormido bien?, ¿Estará cómoda?, ¿Y si le he molestado?... Pero definitivamente vale la pena.

     Admiro a la joven de cabello castaño que descansa junto a mí; observo como respira con lentitud y me deléito observando como sus largas pestañas recaen sobre sus pálidos pómulos. Se la ve tan frágil... Me hace querer abrazarla y apartarla del mundo entero, tenerla para mí sólo y poder protegerla. Sin embargo voy a romperle el corazón...

     Alzo la mano y acaricio su mejilla, ella ni se inmuta, debe estar muy cansada. Me incorporo y me percato de la mancha de sangre que hay en la sábana. ¿Le hice demasiado daño?

     Le dedico una última mirada antes de salir de la cama. Rápidamente me pongo los bóxer, unos vaqueros y la camiseta. ¿Dónde coño están mis zapatillas?  Debajo de la cama, ¿Cómo no? Me calzo velozmente y salgo de la habitación sin hacer ningún ruido. Cierro la puerta y voy directo a la cocina.

     Por lo visto mi padre no ha aportado por aquí en toda la noche. Después le dejaré un mensaje para saber dónde está; es la primera vez que no viene a dormir.

    Saco la ropa de Melinda de la secadora y vuelvo a la habitación con ella. Recojo su ropa interior y tras coger una toalla de mi cajonera lo llevo todo al baño; dejo la ropa doblada sobre la tapa del váter y la toalla en el toallero. Quizá parezca demasiado cursi, pero quiero que ella se sienta bien; quiero hacer las cosas bien con ella. Y luego le romperás el corazón. Ataca mi subconsciente.

     —Hey, Mel... —muevo ligeramente su hombro y sonrío cuando se queja. Está claro que no está por la labor de levantarse—. Melinda...

     —Ya sé que soy linda... —musita adormilada haciéndome reír.

     —Eres hermosa... —acaricio su mejilla y sonrío cuando ella deja un tierno beso en la palma de mi mano.

     —Déjame dormir... un poquito más... —suplica. Se ve terriblemente tierna. No puedo hacerle daño...

     —Venga, dormilona...

     Sé incorpora y se frota los ojos somnolienta. No puedo evitar fijarme en su figura; está totalmente desnuda ante mí. Cuando se da cuenta de ello se cubre como puede con la manta, mi sonrisa aparece al segundo.

     —¿Cómo estás? —la preocupación se hace presente en mi voz; necesito saber si le hice daño—. ¿Te duele algo?

     —Estoy bien... —musita asegurándose de que no se le ve nada—. Anoche... ¿lo hicimos?

     Asiento sonriente y observo encantado como el rubor asciende por sus mejillas.

     —Eso lo explica... —murmura para sí misma.

     —¿El qué...?

     —No, nada... —levanta la manta para mirar bajo ésta—. Mierda, he...

     —No te preocupes — me acerco a ella y beso su frente—. Te he dejado la ropa limpia en el baño y tienes agua caliente. Date un baño tan largo como quieras mientras preparo el desayuno.

     —No es necesario... —dice avergonzada.

     —¿Vas a ir a bañarte o te tengo que llevar yo a la bañera? —pregunto con toda la seriedad que puedo, aunque su desconcierto me hace titubear—. ¡Venga!

Enamorada De Un Yuppy [✔️] [Gallagher #1]Where stories live. Discover now