Capítulo 41

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Melinda

Christian no ha apartado la vista de mí ni un segundo, parece estar librando una batalla interna. A pesar de esto, no ha perdido detalle de las palabras de Verónica, o eso parece.

Rota el pulgar sobre el dorso de mi mano y la mantiene sobre mi regazo. Creo que algo le preocupa.

-Sois una pareja hermosa -dice la rubia con una amable sonrisa. A pesar de que no siento especial simpatía por las rubias, he de admitir que ella está rompiendo con mis esquemas. Parece tan buena y dulce... Ojalá mamá fuese así.

-Le quiero más que a nadie en el mundo -musita Christian antes de inclinarse para besar mi mejilla. Me vuelvo para verle y el beso acaba en la comisura de mis labios. Mi sonrisa es inmediata-. Es curioso como esta mujercita ha cambiado mi vida -me da una sonrisa agradecida que derrocha cariño por doquier.

-Te amo -susurro avergonzada por la presencia de la pareja adulta que comparte mesa con nosotros.

-Te amo.

-Son tan lindos... -suspira Verónica mientras se engancha del brazo del señor Wilde. Éste asiente y le abraza.

-¿Ya tenéis planes de futuro? -pregunta abruptamente el padre de Christian sacándonos de la burbuja con forma de corazón en la que estábamos el yuppy y yo. Christian se aclara la garganta.

-De momento no hemos decidido nada concreto. Iremos a universidades cercanas y seguiremos viéndonos a diario. Me gustaría poder compartir piso con ella -le miro sorprendida. No me ha dicho nada de esto-, pero todo en su debido momento.

-¿Estáis en la misma clase? -pregunta Verónica sorprendida. Niego.

-Melinda es un año menor -explica el yuppy-, pero un año no es nada.

Si que lo es, en un año pueden cambiar muchas cosas.

-Me dijo tu padre que estudiarás psicología -Christian asiente orgulloso sin soltar mi mano-. ¿Y tú, querida?

-Bellas artes -musito.

-Es mi pequeña artista -el yuppy me estrecha entre sus brazos. Mis mejillas arden por tanto cariño en público. Está siendo exageradamente meloso.

El resto de la conversación es muy fluida, Verónica nos cuenta que trabaja en el área infantil del hospital y cuanto le gratifica su trabajo. Tiene sentido que se la vea tan feliz; sin embargo el señor Wilde, a pesar de estar entregado a su trabajo y amar dicha profesión, no está tan feliz.

Christian lleva en plan Meloso toda la tarde. Después del café con su padre y la encantadora mujer que pasará a ser su madrastra, me ha invitado a tomar un helado y no ha apartado la vista de mí en ningún momento.

-Mel... -Deja la cucharilla del helado sobre la mesa y titubea cuando consigue toda mi atención-. ¿Tú me quieres?

La inseguridad de su voz me hace reír. Es una pregunta estúpida.

-Claro que te quiero, tonto -me inclino para besar su mejilla y siento la pequeña arruga que acentúa la comisura de su labio. Me fascina-. ¿A qué viene esa pregunta? -la pregunta me preocupa e impulsivamente me llevo la mano al cabello para echármelo todo a un lado.

-Tengo miedo de perderte -musita. Tiene la mirada perdida en mis labios y parece arrepentido.

-No vas a perderme. Eres mi todo -se me sobrecoge el corazón al verle así. Alzo la mano y acaricio su mejilla con suavidad, él vuelve el rostro para besar mi mano.

Enamorada De Un Yuppy [✔️] [Gallagher #1]Where stories live. Discover now