Capítulo 35

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Melinda

     Amo el aroma del óleo. Me da paz estar rodeada de tanto color, independientemente se su significado. La sala de la galería es como un mundo a parte. La arcadia.

     Pero en casa es todo lo contrario. No hay ni punto de comparación entre la paz y tranquilidad que inunda la galería, y el estado de tensión constante que reina en casa.

     Es curioso que el lugar en el cual se supone que podemos relajarnos y estar tranquilos y a salvo; muchas veces nos produce la sensación de todo lo contrario. Gritos, discursiones, puyas y ataques constantes; todo esto lleva a un estado de tensión e intranquilidad en el hogar. El pensar que en la cualquier momento alguien de la casa vendrá a fastidiar o a dar alguna mala noticia con la cual jodernos la existencia.

     Envidio los hogares que gozan de la tranquilidad debida.

     Giro las llaves dentro de la cerradura, y tras abrir la puerta doy un paso hacia el Hades.

     Tenía intención de ir directamente a la cocina para ver que cocina Julie,  pero unas voces llaman mi atención y desvían mi rumbo hacia el salón.

     —¡No puedes imponerme eso!

     ¡Es Axel!

     No logro distinguir quien es la persona con quien discute, pero estoy segura de que es una mujer. Quizá sea Lisa...

     —¡Estoy harto de todo esto! ¡No te aguanto! ¡No voy a seguir viviendo así!

     Camino temerosa por el pasillo. Las voces son tan cercanas... Demasiado.

     De buenas a primeras, Axel se estampa contra mí.  O yo me estampo contra Axel, no sé... Ha sido demasiado rápido como para darme cuenta. Eso te pasa por cotilla. Reprocha mi subconsciente descojonándose de mí.

     —Mierda... ¿Estás bien? —pregunta asegurándose de ello.

     —Quita, quita. Estoy bien —digo apartándole. Le doy una sonrisa de agradecimiento por su preocupación—. No me he roto todavía.

     La frustración ha hecho mella en su expresión. No sonríe ante mi broma.

     —¿Qué ha pasado?

     La curiosidad me puede; es algo que debería  arreglar. Quizá debería ir al psicólogo. Supongo que hablaré con Christian a ver que opina.

     —Lo de siempre —suspira con amargura—. La obcecación de mamá es insufrible. No puedo con ella.

     Para mí que eso no es lo único que le tiene así...

     —Estoy deseando salir de esta casa de locos —se pasa la mano por el cabello denotando frustración—. Voy a alquilar algo por el centro, bien lejos de estas arpías —no es la primera vez que lanza esa amenaza al aire, pero esta vez parece ir en serio—. Y te aconsejo que hagas lo mismo o te acabarán consumiendo —dice mal humorado antes de continuar su camino y salir de la casa dando un portazo.

     —¿¡Ves lo que has hecho!?

     Me vuelvo para afrontar a mi malhumorada madre. Lleva un moño tan apretado que juraría que no puede ser sano tener tal tirantez; es imposible que le riegue la sangre por esa zona.

     —¿Estás contenta?

     —¿Qué he hecho ahora? —pregunto con toda la incredulidad que poseo. No sé cómo puedo llegar a ser tan estúpida.

     —¡Mira lo que has logrado con tu dichosa rebeldía! —se lleva los dedos pulgar e índice al puente de la nariz tras pasarlos por sus párpados en un gesto de desesperación. Suspira buscando la calma antes de hablar con voz serena—. Estás fastidiando a tu hermano. Él es un chico brillante y si decide seguir tu dichoso ejemplo va a echar a perder su futuro.

Enamorada De Un Yuppy [✔️] [Gallagher #1]Where stories live. Discover now