Capítulo 42

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Christian

     Los primeros días de diciembre pesan como una lápida. El frío, las calles exageradamente decoradas con coloridas luces y adornos navideños, los nervios por las cercanas vacaciones y los últimos exámenes del trimestre uno tras otro.

     Es increíble lo rápido que pasa el tiempo y de cuanto contenido puede estar cargado.

     Hace poco más de dos meses que crucé mis primeras palabras con Melinda, aquel beso en los jardines del instituto, el "incidente" con la pintura en la galería de su abuelo...

     Y se siente como si llevase con ella casi toda la vida.

     Nuestra relación es algo tan quimérico que cuesta creer que sea real, y vaya a terminar.

     Hace una semana estuve a punto de contárselo todo, y de no ser por la llamada que anunciaba el incidente de su abuelo, lo habría hecho.

     ¿Y?

     Ella habría llorado, o me habría abofeteado hasta la saciedad. No creo que de verdad hubiera seguido amándome después de eso.

     Las palabras se amontonaban en mi cabeza, e iba a estallar cuando sonó la llamada. La culpa está pudiendo conmigo, ya no me siento capaz de mentirle.

     Va a ser cierto eso de que el roce hace el cariño.

     Iba a disculparme, a decirle que la amo más que a nadie en el mundo y que no soy capaz de concebir un futuro sin ella. He estado durante años dormido, y gracias a ella he despertado.

     ¿Debería habérselo contado?

     Sé que ella se puso en lo peor, sus ojos dejaron de brillar de un momento a otro.

     No puedo decepcionarla, no a ella.

     —Christian, querido, ¿te encuentras bien? —una meliflua voz me devuelve a la realidad.

     —Sí, sí.

     La rubia de cabello cenizo me da una sonrisa cariñosa antes de volverse de nuevo hacia la mesa para abrir una de las cajas que papá ha ido poniendo sobre ella.

     —Está es la última —dice papá dejando una caja que es bastante más grande que las demás.

     El melodioso timbre llama mi atención y acudo corriendo. Sé quien es, la estaba esperando.

     Abro la puerta y mi cara de príncipe embelesado es inmediata. Mi princesa ha llegado.

     Me mira con una sonrisa en los labios que se agranda.

     —¿No me invitas? —pregunta con diversión.

     —Oh, sí claro —hoy estoy demasiado despistado.

     Abro la puerta y en cuanto cruza en umbral, la atraigo a mí y le beso como si entre sus labios se escondiese el elixir de la vida eterna. Ella recibe el beso en su boca, dándome de beber eternidad.

    Al separarnos, tomo su mano y tiro de ella hasta el salón. su mirada va directamente al árbol de Navidad que permanece desnudo.

     Papá y yo llevábamos muchos años sin celebrar la navidad, concretamente desde que mamá se fue y dejamos de ser una familia. Lástima que nuestra familia durase tan poco. Pero el otro día nos dimos un viajazo para comprar un árbol en condiciones. La verdad es que por ellas todo vale la pena. Así que anoche estuve hasta las dos y media de la madrugada abriendo las ramitas del falso árbol, y he de admitir que estoy muy contento con el resultado.

Enamorada De Un Yuppy [✔️] [Gallagher #1]Where stories live. Discover now