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Llevo a Oliver a su instituto agotada. Llego a mi trabajo agotada. No he podido dormir nada. Liam, Nick y los demás intentan socializar conmigo, pero estoy realmente agotada. Creo que me he resfriado y eso lo empeora.

Trabajo sin ganas y me veo obligada a descansar mas de lo que pone en mi contrato.

La zorra de Elizabeth viene a molestar unas cuantas veces con chorradas que me importan realmente una mierda. Pero ya exploto cuando vuelvo de comer y llego con cinco minutos de retraso.

—No deberías llegar tarde ¿Sabes que con cinco partes es una suspensión del sueldo?

—¿Puedes dejar de actuar como si fueras un grano en el culo?

Me mira sorprendida, escandalizada. Toda la oficina nos mira.

—¿Perdona?

Y sé que he metido la pata hasta el fondo. Pero ya no puedo más, tengo carácter y tengo dignidad.

—No sé que problema tienes conmigo, pero no puedes tratarme como si fuera el trapo con el que puedes limpiar tu mierda.

—Soy tu superior —sentencia—. No te voy a permitir que me hables así —levanta su barbilla levemente—. Ves despidiéndote de todo esto, por que dentro de poco dejarás de formar parte de esta empresa.

¡Ja! eso habrá que verlo.

Cuando llega Oliver me pongo tensa, Elizabeth me ha declarado la guerra, me va a echar y traer a Oliver es un problema añadido. Erik no lo permitirá, es alemán.

Lo echo de inmediato y le dejo las llaves de casa. No quiero más problemas.

Me llama Erik y se para qué.

—Que sea la última vez que hablas de ese modo a un superior, Clark.

—Con todos mis respetos, señor Dagger. La señorita Beckett me ha...

—No me interrumpas cuando te estoy hablando. Soy tu jefe. Y ella es tu jefa. Así que si no quieres perder tu puesto de trabajo te sugiero que te disculpes con ella y que cuides esos comentarios —me muerdo la lengua— ¿Ha quedado claro?

—Presentaré una queja formal —le informo.

—¿Una queja? —dice furioso.

—A recursos humanos —si quiere jugar sucio, jugaremos sucio—. Trabajo para los siete jefes.

—¿Me vas a demandar?

Y se que es un juego difícil.

—El trato de la señorita Beckett es denigrante —le aclaro—. No estoy dispuesta a aguantarlo —acabo molesta.

—Haga lo que tenga que hacer, Clark. Pero aténgase a las consecuencias —me cuelga.

¡Pero será gilipollas!

Tengo las de ganar ¿Qué narices intenta?






Durante la semana rechazo las llamadas de Erik en mi teléfono personal y solo me llama cuando estoy en la oficina. Dominik no molesta. Las conversaciones de Aaron conmigo procuro que sean cortas y que no sobrepasen lo formal. Elizabeth es una zorra. Oliver y yo nos unimos un poquito más y todo es más sencillo. Echo de menos a Erik pero tengo razón. ¡No puede tratarme así! Dejando a un lado que sea su sumisa, no aguantare ese trato por parte de nadie.

MIA, ERES MÍA Where stories live. Discover now