58

17K 1K 198
                                    

—Estás preciosa... —Nika se seca unas lágrimas que creo que son invisibles.

Me miro en el gran espejo. Subida en la tarima veo lo largo que es el vestido e incluso puedo ver como mis amigos están con la boca abierta.

—Estás buenísima —dice Liam.

—Sí, me enrollaría contigo —añade Kate con una risa—. Bueno, me casaría y después me enrollaría contigo.

Con el escote en forma de corazón y hombros caídos, el vestido cae dulcemente por mi cuerpo, ajustado en la cintura y con pedrería fina sobre la tela azul pastel. Mis pechos están tapados por flores blancas de encaje que poco a poco cogen el color. La espalda al aire hace que me sienta sexy y al mismo tiempo a gusto, como si este vestido fuera mi piel.

—Y el detalle final... —el encargado de la tienda viene con los zapatos que le he dejado al entrar. Unos tacones de color plateado, finos y elegantes.

—Algo azul, algo viejo y algo prestado —murmuro.

—Chicos —carraspea Nika en un susurro.

Como si lo tuvieran ensayado. Kate y Liam desaparecen poco a poco con una excusa barata y mala.

—Estás muy guapa —se acerca a la plataforma. Me sonríe a través del espejo.

Sé que quiere algo o decirme algo, pero prefiero que me lo diga ella y hacerme la tonta.

—Gracias.

—No tienes dudas ¿Verdad?

—No, Nika.

—¿Entonces...? esos comentarios...

—Nika, no tengo dudas. Quiero a tu hermano...

Pero si he estado tan tensa es porque está enfermo y se niega a aceptarlo.

—Pero...

—Nika —cojo su mano—. No hay nada que me haga más ilusión que casarme con él. Puede que me ponga nerviosa no saber el lugar o todos los otros dichosos detalles, pero Erik es así y sé que es un acto... ¿Romántico? le quiero y estoy enamorada de él.

—Pero estáis muy raros —hace una mueca—. Me da miedo que... —me sonríe nerviosa— lo siento, es que, mi hermano nunca había estado tan bien con alguien.

—Nika, relájate —vuelvo a sonreír.

—¿Y me puedes explicar que le pasa? Fred y yo le vemos raro —rueda los ojos—, muy pero que muy raro... habla solo. Lo escuchamos hablar por las noches en el despacho.

—¿Por las noches? —no sabía que Erik se levantaba.

—Sí... —murmura no muy segura de si seguir hablando—. Tienes que hacer que trabaje menos —me da un empujón amistoso.

Volviendo a la realidad. Michael, me llama rompiendo el momento de mi vestido o la preocupación de Nika.

—Tenemos un problema, sé que me dijiste que nada de llamar a Erik pero... tenemos una demanda.

—¿Una demanda?

—Sí, por lo visto hemos incumplido uno de los contratos.

—Michael...

—Nos retuvieron unos contenedores por el escándalo Mc Mad, tenían que revisar que no llevara nada ilegal, no encontraron nada, pero no se pudieron poner en marcha después —hace una pausa—, no solo eso. Quiere desvincularse de la empresa.

—De qué cliente hablamos.

—Los hermanos Collin.

—Vale, ni una palabra a Erik... diles que tendrán una reunión conmigo.

MIA, ERES MÍA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora