Ceniza a la ceniza

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Fuego... nadie sabe lo que es el dolor hasta que prueba la caricia de las lenguas de fuego.

Es penetrante, cegador... piensas que lo que más duele es tu piel convirtiéndose en ceniza. No.

Lo que más duele es que notas que el aire también está siendo quemado y desaparece, te abandona. Y te quedas solo... solo con las llamas, solo con tu peor pesadilla. Y empiezas a perder el sentido, por el dolor, por la falta de aire, por la muerte que te está sujetando por el cuello y desea llevarte con ella.

Y yo luché, luché por Nym, por mi vida, por poder tener una oportunidad de salvarla... ¿Para qué? Ya era demasiado tarde para hacerse el héroe. Debí haberme marchado con ella. A lo mejor si nos hubiéramos ido todo esto no habría pasado.

No, no era esa la solución. Tenía que haberla matado como intentó hacer Ishalta, como tuvo que hacer Anders con Soleys para salvar a la gente inocente de Olusha. Él lo hizo por una ciudad y yo no fui capaz de hacerlo por toda la humanidad. Me doy asco por mi cobardía, por mi cobardía y mi maldito egoísmo.

¿Acaso soñabas con estar con ella, con llevarla a Shanarim y vivir felices en el desierto? Eres un idiota, y por tu idiotez vamos a sufrir todos, incluida ella.

Se acabó, se acabó Alérigan el idiota, el cobarde, Alérigan el humano. Ahora voy a ser el espíritu de la venganza y me voy a llevar conmigo a todos aquellos que se entrometan en mi
camino. El fuego devoró mi parte humana junto con mi piel. No habrá nada más allá de mi necesidad de matar.

El Fantasma de la Venganza.

La Sombra de MiradhurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora