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ABURRIDO PERO...

Odio la universidad.

Siempre es lo mismo, me duermo en medio de la clase, no presto la atención necesaria, aún no he rendido ninguna materia, a este paso, seré una viejita de ochenta años que aún cursa su primer año en la universidad de leyes. No es que sea una persona irresponsable, si no que los profesores no saben explicar bien las cosas, y aparte porque derecho siempre me aburrió, y mucho. La voz de mi madre el año pasado volvió a cruzarse por mi cabeza... "elige bien la carrera que quieres seguir" dijo " te vas a arrepentir de anotarte en cualquiera sin pensar bien" dijo.
Y lo peor de todo...
Era que no le faltaba la razón.

Me encontré delante del edificio de mi facultad, dudando si entrar o inventar una queja extraña para aislarme durante 3 semanas y que se vaya a la mierda el derecho y sus putas ramas de abogacía.
Pero otra vez, la voz de mi mamá sobre mi título y ser alguien la vida se escucho en eco por todo mi cerebro, y entre.
Ya el salón estaba lleno, solo éramos un par de alumnos que habíamos llegado 15 minutos tarde, al profesor Spencer no le molestaba, siempre y cuando no interrumpamos es un tipo agradable y cariñoso con sus alumnos, todo lo contrario a la señora Margaret, siempre nos reta y grita cada vez que nos retrasamos sin importar que hayan sido solo 5 minutos, sin hablar de su cara de enojada con la que te mira todo el tiempo, eso sí que te amarga todo el santo día.
Por suerte, ella no fue la que nos recibió. El hombre, anteriormente nombrado estaba escribiendo algo en la pequeña pizarra que tenía a su lado, salude sin que me viera rápidamente a mi única amiga que estaba intentando no reírse de mi súper llegada temprana, tomé asiento a su lado, puse mi cuaderno — el cual tenía en mano — en el escritorio y traté de copiar rápidamente las notas que del señor Spencer. 

—Que raro Chloe Parker llegando tarde. - Dijo Hannah, sarcásticamente, golpeando mi hombro en forma de broma. — ¿No me digas que te quedaste dormida otra vez? - ¿Quién se cree que soy? no me quede dormida... ni siquiera pude cerrar los ojos de tantas cosas que tuve que hacer anoche... 

—Se estrenó nueva temporada de mi serie favorita, existen las prioridades. - Me defendí ¡ERA ALGO IMPORTANTE! Aparentemente a Hannah le hizo gracia, como si creyera que estaba bromeando, pero al ver la forma tan seria en la que lo dije, dejo de reír automáticamente.

—Tu futuro también es una prioridad. - me reclamó, yo rodeé los ojos un poco cansada de que siempre todo el mundo me dijera lo mismo.

—Si, supongo... - Pareció haberle calmado mi respuesta, pero sinceramente yo no pensaba eso, y siempre me gusta decir lo que pienso. — En menor medida. - Añadí.
Un codazo de su parte fue directo a mi estómago, causando que me retuerza un poco por el dolor. —Eres una agresiva. –Susurro. Aunque a ella no pareció importarle, solo sonrió y me ignoro hasta que nuestras horas terminaran.

***

La clase fue igual que todas... Aburrida, sin ningún tipo de entusiasmo que me haga decir "wow, que lindo es estudiar derecho, quiero dedicarme a esto toda mi puta vida si es que no me ahorco antes de la siguiente clase"  pero no, de hecho, fue muy incómodo, un compañero entro justo en los últimos momentos, según el estuvo en nuestra clase durante años, pero no lo recuerdo de ningún lado. Eso si, no dejábamos de mirarnos a cada rato.
En ocasiones cuando nuestros ojos chocaban entre sí, podía jurar haberlo visto en alguna otra parte y supongo que el sintió algo similar, ya que su expresión era como si estuviera viendo a una vieja amiga de hace mucho tiempo.
Era un chico bastante bonito, me generaba ternura, claro que de todas formas, verlo tan callado y serio si casaba un poquito de rareza en mi interior, pero no le di demasiada importancia. 
Saliendo por fin de ese infierno — Mejor conocido como Universidad — Ahí se encontró el chico misterioso, iba a preguntarle su nombre, pero este se me adelantó, iniciando una conversación que podría llevarme a la peor o mejor decisión de mi vida.

Muertes Placenteras [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now