III

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EL JUEGO DE LA MUERTE

En medio de la noche las alarmas de seguridad sonaron por todos los cuartos, Rena y yo nos asustamos en el preciso momento en el que las vibraciones comenzaron a retronar por las paredes y mover la cama.

—Mierda, sabía que era malo venir aquí. - dijo ella, como si estuviera consciente de que algo malo estaba por ocurrir.

—¿Qué ocurre? - Pregunte en tono alto, estaba aterrada, ella se tapo los oídos y comenzó a caminar hacia la puerta del cuarto. La abrió y allí se encontró Marcus, el cual me miró y corrió hasta donde estaba, no se vio bien, para nada bien, transmitía una cantidad de nervios increíblemente grandes, por un momento, pensé que algo muy malo iba a pasar, y esa idea se mantiene por mucho rato, ¿Y si me atacan? ¿Si no vuelvo a ver a mi mamá? Tuve que hacerle caso cuando dijo que eligiera bien mi carrera, no me hubiera llevado a esto si estuviera haciendo algo que realmente me apasionara, mi mejor amiga tenía razón con que mi futuro era importante... ¿Qué voy a hacer?
La voz de Marcus me volvió a la realidad y me sacó  de todos mis pensamientos por un instante, lo estaba viendo, el estaba hablando, y yo hice todo mi esfuerzo mayor en escucharlo.

—¿Te hicieron algo? - preguntó rápida y desesperadamente mientras sostenía mis hombros con algo de fuerza. Parecía preocupado, pero era una extraña preocupación, era como si temiese que algo malo me sucediera con toda su vida, como si fuésemos los mas cercanos y el quisiera que esté bien a toda costa. 

Como un novio defendiendo a su novia...

—Marcus no entiendo ¿Qué me hicieron? Estoy bien. - respondí algo impaciente y desconcertada por toda la situación que todavía no estaba comprendiendo. Su actitud era rara y mantenía mi postura anterior. En cuanto la alarma dejo de funcionar el se relajo, pero su expresión seguía siendo igual de seria y con un aire a preocupación. — ¿Quién pudo hacerme algo Marcus?

El tenía la cabeza baja, como si estuviera pensando en que decir... en duda si mentirme o decirme la verdad, a estas alturas, ni yo sabía si prefería que me mintiera para tranquilizarme o me pusiera peor diciéndome que pasa. Me miró, por primera vez desde que las alarmas calmaron y el ruido dejó de inquietar.

—El asesino. - Dijo al fin.

***

Nos mantuvieron a todos en la sala, muchos tenían cara de no entender nada que estaba ocurriendo, yo incluida. Rena, el chico rubio, cuyo nombre era Oliver y yo estábamos aterrados, solo que yo lo gesticulaba mas en el rostro, los otros dos no parecían mostrar expresión alguna aunque hayan dicho que estaban demasiado asustados, tenían una expresión neutral, igual que el pelinegro, el Shock a cada uno le afecta de diferente forma. 

En lo personal, no paraba de pensar en lo que Marcus me había dicho... "El asesino" quería creer que era algo metafórico, que en realidad se refería a "asesino" a un tonto que hacía bromas como la de la alarma o una persona agresiva que molestaba a todos los que nos encontrábamos allí, pero lo que ocurrió después desmintió todas y cada una de mis suposiciones.

—Hay un asesino entre nosotros. - Dijo Esteban, sentado en uno de los sillones, todos en esa sala hicieron silencio prestando toda su atención a nuestro anfitrión. Mis ojos estaban a nada de salirse, aunque en el fondo ya lo sabía... Sabía que no era una buena idea aceptar la propuesta de este chico, sabía que no debía hacerle el favor, sabía que debía ser mas responsable con mi propia vida y ahora esa misma estaba en riesgo, estúpida Chloe. Muchas de las preguntas que había estado haciéndome se fueron respondiendo a base de cuando los minutos iban pasando, pero solo dos se me hacían imposibles de entender aún ¿Qué se hará con el desafío y por que mierda Estaban estaba sonriendo?
Mi presentimiento me dijo que nada de esto iba a salir bien.

—¿Cómo es eso que un asesino Esteban? - hablé, creo que por todos, que estaban con una parálisis total que no dejaba que ninguna palabra saliera de boca de nadie, no iba a negar que yo igual sentía ese nudo en la garganta, pero necesitaba saber y para eso debía hablar.

—Me alegra que lo preguntes Chloe... - Este se quedo callado unos momentos, mirándome con la sonrisa más tenebrosa que puede tener una persona.
—Bienvenidos al juego de la muerte, tendrán 365 días para encontrar y echar al asesino...
Claro, si no los mata antes. - y con eso, dio media vuelta sobre su lugar, y se fue.
Todos comenzaron a enloquecer y caminar por todo el establecimiento en pánico. Muchos querían irse, otros llamar a sus familias, algunos solamente se pusieron a llorar en los rincones, yo estaba quieta, inmóvil, sin saber bien qué ocurría ni como pudo llegar una de mi parte irresponsabilidad a esto.
Me acerque a Rena, quien no estaba muy lejos, pero ya daba miedo dar un solo paso sin saber quien puede matarte, la primera persona en la que desconfié, mi compañera de habitación, quién había actuado muy raro cuando la alarma comenzó a sonar, quién dio idea de saber que estaba ocurriendo. Quise preguntarle. 

—¿Tu lo sabias? - Le pregunté, ella no me respondió, solo me miró como si quisiera hablar, pero algo le estaba impidiendo hacerlo. De la nada, ella sonrió.

—Me entere recién, igual que tu... Tendremos que cuidarnos bastante. - dijo al fin, lo había dicho de una forma muy perturbadora, pero ya no sabia si confiar en ella o alejarme en mi propia soledad, iba a terminar matándome yo misma. Marcus se unió al círculo, en su expresión ahora aterrada, con pánico, supe que estaba igual que el resto, y de alguna forma, estaba como yo.

—no debí venir. - me dijo. —Esto no era la idea que tenia en mente. - Admitió, he de decir que yo tampoco, esperaba un desafío inocente, conocer gente, pasar la noche he irme, quería irme, tenía que irme. De pronto, recordé las señoras de anoche, nos habían dado llaves para poder abrir la puerta, y nosotros la habíamos cerrado desde adentro.
Sin pensarlo, deje a Marcus hablando solo y fui con mi juego de llaves a probar mi suerte.
El había ido tras de mi junto con Rena y Oliver, mirando atentos que hacía.

—Cambiaron la cerradura, o las llaves, lo que hayan podido hacer primero. - dije cerrando los ojos con fuerza. —Hay que tener mucho cuidado, y no confiar en nadie. - deduje, Rena dormía conmigo, si fuera ella la asesina ya me hubiera matado, Marcus sabía dónde dormía, también pudo haber sido y no me hizo nada, de hecho, pareció muy preocupado cuando creyó que nos habían hecho algo a Renata ya mi.

—Ya confiamos en nosotros. ¿No? - dijo Oliver, por primera vez lo escuché hablar, y no, yo no confiaba en el, para nada, su tono era nervioso, como si el quisiera y pidiera a gritos que pensemos que es uno de nosotros, ni en sueños iba a dejar que me maten tan fácilmente.

—En ti no. Confío en Marcus y Rena, son los únicos que tuvieron la oportunidad de matarme y no lo hicieron. - Hablé seriamente, Oliver me dio una mirada fría, como si no le hubiera gustado para nada que haya rechazado su confianza, asistió con la cabeza y se fue por donde vino, dejándonos a los tres solos.
Rena estaba más calmada, supongo que sus reacciones anteriores habían sido por el impacto de había enterado del asesino.

Que empiece el juego...

[Capítulo editado]

Muertes Placenteras [EN EDICIÓN]Место, где живут истории. Откройте их для себя