XII

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PLAN EN MARCHA

MARCUS

La mirada de Chloe se clavó en mi, furiosa, decepcionada y algo asustada. No. No podía permitir que lo descubriera, si lo hacía quien sabe que podría hacer, iban a matarla, no quería eso, no podía imaginarla sin vida.
Que supiera sobre mi parte del juego no es una opción.
Fruncí el ceño fingiendo confusión, se acercó a mí y con una sola mirada ya supe que quería hablar conmigo.
La tomé de la mano para apartarnos de los demás y que me dijera lo que tenía para decir.

—Escupelo. –Incité. Una parte de mis sabía que me iba a echar la culpa del asesinato de Dylan y creer que soy yo, pero ya estaría listo para defenderme.

—¿Sabes quién es el asesino? –Preguntó, eso me sorprendió, creí que iba a culparme. —Tu debiste haberle pedido que matara a Dylan ¿Cómo es posible que el muera a las horas de haber follado con el?

[Vamos, Marcus, piensa en algo para que la conversación no se vaya por otro rumbo]

—¿Tan mal te pone que lo hayan matado? ¿No querías que muera el o lo que tiene debajo? –Escupí. No pensaba de esa manera, y si, me pase un poco, pero la única forma de que no sepa la verdad, no era el momento. —Digo, a lo mejor te afecta el que ya no volverán a follar.

—¿Es enserio? Me tratas como si lo que me importó fue que estuve en su maldita cama, solo quería saber si tenías algo que ver en su estúpida muerte, Marcus dime que estás jodiendo. – replicó, molesta, sabía que iba a enfadarle, cuando llegue la hora de decirle todo va a saber entenderme, yo lo se.

—No lo se. Yo no te estoy acusando de ser responsable de un homicidio cuando estuve todo el maldito día en la habitación, contigo. – Aclaré, ella quedó en silencio, se dió media vuelta y desapareció de mi vista. ¿La había cagado? Si, por supuesto ¿Había otra opción? No lo sé.
Esteban pasó por mi lado con una sonrisa, hizo un gesto para que lo acompañará. Lo seguí, no sin antes percatarme de que no haya nadie atrás o mirando a dónde carajo iba. Todo el camino fue en silencio hasta llegar a su oficina, pensé que sería una buena oportunidad de ver dónde están ocultas las cámaras. Eso me ayudaría bastante.
Antes de entrar se detuvo y me impidió el pase adentro de ella.

—Aquí hay alguien que quiere verte Johnson. Espero no lo eches a perder. –Aclaró, yo sonreí falsamente entrecerrando los ojos y me adentre en la oficina. Para mi mala sorpresa, no se trataba de algún amigo, alguien de negocios de Esteban o alguno de sus guardias de la muerte, algo peor, algo peor que el mismísimo demonio en persona.

Mi padre.

—Tanto tiempo, hij- –El estaba por hablar pero rápidamente lo interrumpí.

—No. –Lo corté. —Perdiste todo derecho de decirme así hace años. Me quitaste al amor de mi vida. – me quejé, el me miró con una sonrisa, una sonrisa psicópata, digna y hecha para una persona mal de la cabeza.

—Ambos nos quitamos cosas. Solo que yo lo hice mejor. –Aclaró. —Tu mataste a mi hijo, por celos, mataste a tu puto hermano.

—Sabes bien que yo no tengo la culpa de que su "amor" por mi novia fuera tan enfermo para matarse en su auto. Fue un accidente. –Me defendí, aunque fue en vano, para mi padre siempre va a haber un culpable en todo estO, y ese soy yo.

—No trates de defender lo indefendible, no querías que Chloe se case con Jacob, y lo borraste del mapa. –Mi padre alzó la voz. —Yo solamente la borre de TU mapa.

—Me alejaste de la chica que amaba, la mandaste a torturar de tal forma que ya ni siquiera me recuerda y para colmo mataste a su padre. Ella no tenía ninguna culpa de NUESTROS problemas familiares. –Contraataque, odiaba todo el pasado, detestaba cada puta acción de cada uno de los Johnson en ese tiempo, incluyendome.

Muertes Placenteras [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora