CAPÍTULO 14

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Mimi llegó justo cuando vio que Roberto Muñoz intentaba entrar a la casa de los Guerra a la fuerza. Antonio y su madre le hacían frente en la puerta. Se bajó rápidamente de su caballo y se acercó con paso decidido. En ese momento Miguel Ángel, el hijo mayor de Roberto, se giró a verla. Sonrió con malicia.

—Pero miren a quien tenemos aquí —dijo con sarcasmo—A la peón jefa.

—Cállate, Miguel —dijo Roberto —No estamos aquí para juegos infantiles, vinimos a buscar a tu hermana. Déjame pasar, Guerra.

—Ya te dije, Roberto, tu hija no está aquí.

—Entonces ¿Por qué no me dejas entrar?

—Porque usted no es bienvenido aquí —habló Inma apuradamente —No después de lo que sus hijos le hicieron a mi sobrino.

—Ya dije que fue un error.

—Si, haber fallado —murmuró Javier. Roberto lo miró mal.

Mimi se acercó hasta dónde estaba su madre y Antonio, se paró delante de ellos y miró fijo a Roberto Muñoz.

—Creo que el señor Guerra fue claro, señor Muñoz. Su hija no está aquí.

Roberto se acercó otro paso a ella, desafiándola. Mimi ni pestañeó, la verdad era que no le tenía ni un poco de miedo a ese hombre. Entonces Miguel Ángel y Javier sacaron sus armas.

—Van a dejarme pasar —aseguró Roberto.

—No —sentenció la rubia. Sintió la mano de su madre apretarla con fuerza por detrás.

—Esto es demasiado, Muñoz —dijo Antonio algo nervioso —No tienes ningún derecho a amenazar a mi gente.

—Entonces déjenme pasar.

—¿Qué sucede aquí? —preguntó ella.

Todos los ojos giraron a verla. Ana estaba parada con una mueca preocupada, y a su lado estaban Cris y Ricky, con dos canastas en las manos. Roberto se alejó de Mimi y sus hijos guardaron sus armas.

—¿Ana? —preguntó Miguel Ángel. Ella lo miró y al instante puso cara de desagrado.

—Miguel —le dijo distante y volvió la vista a Mimi —Vuelvo a preguntar, ¿Qué sucede?

Roberto dio unos pasos hasta Cris y justo cuando iba a tomarla del brazo, Ana se puso en su camino. La rubia se tensó.

—Cris, ven aquí —le dijo. Ella ni se movió.

—Espere, espere, espere —dijo Ana —Necesito saber que sucede.

—Ellos vinieron a buscar a Cris porque creyeron que estaba con Roi.

Ana y Ricky soltaron unas sonoras carcajadas y se miraron realmente divertidos.

—¿Con Roi? —dijo el chico—Por dios, el pobre no puede ni salir de la cama después del disparo que le dieron.

—Y Cris ha estado con nosotros todo el día, juntando huevos —dijo Ana mientras le mostraba una de las canastas.

Roberto los miró consecutivamente a los tres, parecía no estar del todo convencido. Pero luego de unos cuantos segundos soltó un suspiro y se giró a ver a Antonio.

—Lo siento, Guerra.

—Está bien —dijo Antonio.

—Nos vamos, muchachos —les dijo a sus hijos —Cris.

La chica le entregó la canasta a Ana con una pequeña sonrisa en los labios.

—Muchas gracias —murmuró.

Olvídame// WarmiWhere stories live. Discover now