Memorias (Tom Kaulitz Fanfiction)

Introducciones

Odiaba estar sentada en el sofá de la sala mirándolo pelear en la televisión.

Normalmente tengo boletos, tengo un asiento al lado de su hermano para verlo pelear pero hoy no, hoy tengo que estar en casa cuidando a las niñas; Hannah y Danny. Nuestras niñas, un par de bebas de apenas diez meses a quienes amaba desde que supe que las tendría. Llegaremos allí más tarde, ahora estoy mirando a Tom defender su estúpido orgullo contra Georg Listing; su mejor amigo y oponente; el hombre que le arrebató el invicto y le dio su primer pérdida por Knock Out. El hombre que le dio esa lesión que tanto me preocupa cada vez que lo veo bajar la guardia.

De nuevo voy demasiado rápido.

Mi nombre es Anna Kościuszko, el apellido debería pronunciarse algo así como "coshiuhushcoó"; y yo sé exactamente lo raro que suena eso cuando digo que nací y crecí en Pasadena. En Texas. En Norteamérica.

Mi abuelo era polaco y cuando llegó a América decidió quedarse en Texas, ahora mis padres tenían un rancho y al crecer yo nunca fui la chica rara de la secundaria; mi madre era tejana y mis dos hermanos y yo nunca desencajamos, ni por nuestra apariencia ni por nuestros gustos, yo amaba ir al rodeo al igual que mi hermano mayor Jake, y mi hermanito Jonah había amado sus botas desde pequeño.

Cuando terminé la preparatoria entre a la universidad de Phoenix y obtuve el título en Inglés; antes de terminar la universidad comencé un blog sobre deportes, siempre me habían gustado los deportes aunque nunca tome en cuenta el boxeo, ahora eso me hace reír, en fin... Conseguí volverme la chica del clima en un canal de televisión local y cuando termine la universidad conseguí un empleo como comentarista de deportes en Las Vegas. Ni siquiera viviendo allí me interesé en el boxeo, me agradaba visitar los casinos y fui a un par de clubes pero era difícil estar lejos de casa cuando los extraños te reconocían y pedían una foto contigo.

Mi tarea era anunciar los partidos de fútbol americano y dar resúmenes de los últimos eventos deportivos como el abierto de Australia, los campeonatos nacionales de natación y ciclismo, ese tipo de cosas... Yo nunca narré un partido y nunca me tomaron muy en serio los comentaristas y conductores masculinos del programa.

Fue justamente después de un largo día en la oficina que decidí relajarse con un buen libro. Nicolás Sparks era uno de mis autores favoritos y su libro "el viaje más largo" me encantaba. Desde qué lo leí la primera vez lo amé y cada verano me daba a la tarea de leerlo. El hecho de que incluyera un deporte como el "bull ridind" tal vez influía un poco en que me gustara. De cualquier modo, decidí comenzar a leerlo de nuevo aunque estuviera fuera de temporada.

Llegué a mi departamento tarde por la noche, pensando en el próximo reportaje que haría. Me quite los zapatos al cerrar la puerta y arroje el bolso sobre el sofá de camino a la cocina.

Saqué un bote de helado de fresa y lo puse sobre la barra antes de buscar una cuchara, deje la comida en la sala y entre a mi habitación a cambiarme y recogerme el cabello.

Tenía una rigurosa rutina de lavado así que al menos tenía tres pijamas distintos -por sí alguno se ensuciaba-, así que me puse el pantalón holgado y la blusa de tirantes color verde. Me até el cabello en una coleta alta y me lavé el rostro para deshacerme del maquillaje.

Regresé a la sala y busqué en el librero mi copia del libro. La cubierta estaba doblada y arrugada pero igual cogí el libro y lo puse abierto sobre mi regazo al mismo tiempo que comí helado.

Probablemente leí la primera mitad del libro esa noche. Al día siguiente no tenía que presentarme en los estudios y por ello desperté de buenas. Di un pequeño paseo por la ciudad, había un café que me encantaba, era un sitio pequeño y con el libro en mi bolso no podía pensar en un mejor sitio para leer.