Secretos de la Profesión

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// Me costó un poco de trabajo escribirlo pero debía hacerlo y espero que les guste... //

Jonah se fue de vuelta a casa el siguiente jueves, dejándome con un apartamento que se sentía solo y en gran silencio cuando no estaba en el trabajo.

El viernes llamé a Tom temprano y me dijo que estaba en el gimnasio.
Me agradaba salir a pasear a su nuevo perrito con él, Olly era un perrito que rápidamente crecía y era obvio que el estilo de vida de Tom le quedaba cómodo al enérgico perro a quien sacábamos tan seguido a la calle; también me gustaba ver a Tom en el café donde nos habíamos conocido meses antes, y en ocasiones salíamos al cine, casi siempre íbamos a comer o a cenar, pasábamos bastante tiempo juntos cuando no estábamos trabajando.

Le dije que me gustaría ver lo que tanto hacía en el gimnasio, yo también me ejercitaba pero dudaba que mi idea de "entrenamiento" fuera la misma que la suya.

- Ah, entonces ¿quieres venir? Serías bienvenida. - Me dijo. - Pero no vengas en jeans.

- ¿Me harás correr? - le pregunté.

- No, pero creo que no te vendría mal saltar la cuerda conmigo.

Me reí ante ese comentario.

- ¿Vamos a saltar la cuerda, Tom? ¿Cómo niñas de primaria? - Tom también se rio.

- No exactamente. - Me dijo. - ¿Vienes o no?

Le aseguré a Tom que iría y me puse un par de pantalones de ejercicio ajustados en color negro, bajo la advertencia de saltar la cuerda me puse un sostén deportivo de color rosa y una blusa de tirantes gris. Con los tenis en los pies y un cambio de ropa en la mochila fui al gimnasio al que sabía que Tom iba todos los días sin falta a entrenar.

Al llegar pude dejar mi mochila en la zona de los lockers de las regaderas de mujeres. Fui por el gimnasio y mientras los hombres allí me echaban miradas sentí arrepentimiento de haber decidido usar esos pantalones, probablemente eran demasiado ajustados para ir a un sitio donde estaría rodeada de hombres.

- ¡Qué es eso que haces! - Le grité a Tom cuando lo vi sobre un cuadrilátero con su entrenador frente a él sosteniendo un par de cojines en las manos mientras Tom practicaba sus combinaciones de golpes al conectar sus puños con aquellos cojines.

- ¡20 segundos! - gritó su entrenador al echarme un vistazo. Me apoyé en el borde del cuadrilátero y los vi mientras terminaban. - Te veré por la pera en un minuto.

Tom asintió y me miró cuando su entrenador bajó de allí saludándome en silencio con un asentimiento de cabeza y una sonrisa de lado.

- Te ves deportiva. - Dijo Tom y me sonrió.

- Tu también. - Le dije y vi como bajó de allí. - ¿Qué tanto te falta?

- Al menos una hora. - Respondió como si no fuera nada. - Bonito trasero... - Dijo al saltar a mi lado, él llevaba un short negro y una camiseta azul cielo de manga corta.

Me quedé en silencio sin saber qué decir a eso, Tom estaba divirtiéndose y lo dejaba ver. Se inclinó sobre mí y me besó los labios rápidamente pero de modo que los demás hombres alrededor no pudieran evitar darse cuenta de que había algo entre nosotros, aunque a mi eso ya me pareciera obvio.

Tom fue hacia una pared y se encontró con su entrenador ante de comenzar a golpear la pera. Su entrenador me dijo que podía calentar un poco mientras Tom continuaba y yo hice exactamente eso.

Después de calentar y estirar a pesar de recibir las miradas extrañas me reuní de nuevo con Tom, que ya saltaba la cuerda como si aquello le resultará tan cansado como estar de pie.

Memorias (Tom Kaulitz Fanfiction)Where stories live. Discover now