Dos y Dos Son Cuatro

715 57 4
                                    

Tarde pero seguro, espero que les guste... 

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Una de las cosas de las que no me preocupé durante todos los meses que estuve intentando quedar embarazada fue el cómo serían las cosas una vez que lo consiguiera. Olvidé que probablemente tendría que cambiar el TRX por una pelota azul de Yoga, que estaría cansada todo el tiempo, que el cabello se me pondría grasoso de la noche a la mañana, que necesitaría saber en dónde estaban los baños en todo momento, que las películas para niños que Tom amaba ver me harían llorar como una histérica, que mis intestinos se verían apretados por un, o - en mi caso -, por dos cuerpecitos que me impedirían u obligarían a ir al baño en ocasiones.

Eso era lo que menos me había imaginado, que tendría dos bebes, que serían gemelos y que me harían aumentar tallas casi cada semana. Las primeras semanas no me importó, Tom estaba vuelto loco de alegría; sus padres habían sido los primeros en enterarse, después mis padres y al final nuestros hermanos. El problema era que había pensado que las cosas serían de otro modo.

Me encontré frente al espejo con unos vaqueros que el lunes anterior habían cerrado perfectamente, me di la vuelta y observé mi reflejo en el gran espejo de cuerpo completo que teníamos en una esquina de nuestra habitación. Tom entró con Olly pisándole los talones, pero no me distraje, me puse la mano en el vientre y luego la subí sintiendo la curva de mi vientre que comenzaba a crecer rápidamente.

- ¿Todo bien? – Me preguntó él, acostado en la cama y rascándole las orejas a Olly.

- Sí... - Dije en voz baja. – Es que, no me entran los vaqueros.

Tom dejó escapar una risotada y me di la vuelta, quitándome los tontos pantalones antes de lanzárselos a la cabeza. Él se los quito de encima y los arrojó a un lado en la cama mientras yo iba a buscar unos leggins en el closet.

- Esos dos serán un par de pequeños campeones. – Me dijo Tom, deteniéndose sobre los codos y mirando cómo me ponía los leggins negros.

- Campeones o no, necesito más ropa. – Le dije, contándole con las mejillas encendidas acerca de un percance que había tenido esa misma mañana con un par de pantalones color caqui a los que ahora les fallaba el cierre...

Tom se rio alegremente cuando le conté, se arrastró por la cama hasta que estuvo sentado frente a mí, me atrajo hacia su cuerpo y colocando sus manos alrededor de mi vientre me dio un beso encima del ombligo por encima de la blusa.

- Solo tienes unos cuatro meses y ya pareces de seis. – Me dijo en voz baja. – Te compro lo que quieras, - apartó un mechón de cabello oscuro de mi cara y me vio hacia arriba, - solo prométeme que vas a ir al pesaje.

Apoyé las manos en las mejillas de Tom y le sonreí, asintiendo.

- No te pongo condiciones. – Le dije, - pero si me compras un perro caliente con tocino...

Tom cerró los ojos y sonrió ampliamente, sus ojos apretándose al sonreír de ese modo. Le sonreí igualmente y lo vi asentir.

- Por eso es que no dejan de crecer... van a ser un par de niños cachetones. - Me dijo risueño.

- ¿Qué tal que son niñas? – Acaricié la mejilla de Tom con mi pulgar y él abrió los ojos para observarme con una sonrisa de lado.

- Entonces serán unas niñas preciosas. – Dijo completamente serio.

Fuimos a comer, la pelea sería la semana siguiente, pero mientras tanto, Tom tenía la tarde libre para ir conmigo a la visita con el médico.

Cuatro meses, los dos bebés cumplían cuatro mesecitos y yo ya había comenzado a llenar su habitación de muebles y ropa. Lo primero que compramos, una semana después de enterarnos de que venían, fue un mueble para cambiar pañales y guardar ropa. Desde esa simple compra Tom y yo habíamos arrasado con las mueblerías. Teníamos dos cunas preciosas de color blanco con suaves colchones y almohadas diminutas. En los cajones de sus muebles habíamos ya comenzado a dejar pequeños enteritos amarillos y verdes, no podíamos esperar para saber si eran niños o niñas para perder toda reserva y comprarles más ropa, juguetes, decorar la habitación que en ese momento era de un color crema muy sin gracias.

Memorias (Tom Kaulitz Fanfiction)Where stories live. Discover now