Memorias (Tom Kaulitz Fanfiction)

Mamá Aprende a Decir Mentiras

Este capítulo podía ir de dos modos, pero como hace mucho que no escribo esto en esta historia, no ira de ninguno de esos dos modos. 

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Tan solo dejé a Danny en la cuna cuando Tom ya me estaba observando con la mandíbula apretada. Se veía molesto y yo sabía que él no se molestaba de ese modo tan fácilmente.

Tragué saliva y salí de la tierna habitación de las niñas, Tom salió detrás de mí dando pasos lentos, lo vi cerrar la puerta de las niñas y observar el adorno que Jonah nos había regalado y que estaba colgado ahí arriba.

Quería preguntarse si deberíamos ir abajo a hablar pero mejor seguí caminando y solo me detuve cuando entramos al estudio, él me seguía así que no había por qué darme la vuelta, sabía que estaba atrás de mí siendo consumido por el coraje.

- ¿Qué es lo que tengo que decirte? – Dije en voz baja.

Tom no me hablaba, había cruzado los brazos y con la mano izquierda se frotaba la barbilla por encima del vello. Sus ojos estaban pegados al suelo y fruncía el ceño muy ligeramente pero era obvio que estaba tenso, hasta en el cuello se podía ver cómo le saltaban las venas.

- Explícame de dónde salió esa foto. – Me dijo entre dientes sin levantar la mirada.

Suspiré y me incliné hacia atrás en el escritorio, no le podía decir que había ido a buscar a Georg para pedirle que lo no golpeara en la cabeza, lo que había hecho había sido ridículo – aunque Listing había aceptado, era ridículo y para Tom sería vergonzoso – así que le dije otra cosa que no era mentira, pero que no era la verdad entera. De los males, el menor.

- Cuando te dije que buscaba mi agenda... - Empecé, - no estaba perdida. Quería ir a hablar con Georg.

- ¿A hablar? – Dijo alzando una ceja y finalmente dirigiendo sus ojos hacia mí, haciéndome sentir como que me derretía bajo su mirada.

Asentí lentamente con la cabeza.

- Sobre Emilie. – Al mencionar aquello su quijada se relajó un poco, - ya sabía qué era lo que le pasaba y pensé que sería injusto no ayudar... cuándo llegué Emilie iba de salida, se habían peleado y por eso llegó una empleada del hotel con el desayuno que habían pedido antes... Seguro fue ella la que tomó la foto.

Le expliqué todo a Tom, excluyendo la parte en que le pedía Georg que no fuera tan salvaje con él; no dudó de mí un solo instante, pero terminó por hacerme una pregunta:

- ¿Qué es lo que le dijiste a Georg?

Ahí fue cuando palidecí. Si ya se lo había contado a Georg, ¿qué más daba si se lo contaba a Tom? Abrí lo boca nuevamente, contándole lo de Emilie.

- ¡No pensaba contárselo así! Es que... me insistió mucho, yo solo había querido decirle que fuera paciente con ella... que intentara ser comprensivo... ¡pero ustedes los hombres son unos necios! ¡No entendió razones! ¡Tuve que contárselo!

Tom cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás al suspirar. En un par de pasos lo tuve frente a mí; me rodeo con sus brazos y le devolví al abrazo, sintiendo el subir y bajar de su pecho al respirar.

- Sé que no me engañarías. Sé que no. – Me dijo, - pero Jen, sabe exactamente qué palabras usar para conseguir que uno se ponga furioso.

- ¿Crees que ella lo escribió? – Le pregunté, acomodando el rostro contra su pecho.