Esperar y Esperar

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Tengo examen mañana, al día siguiente y también el día después...así que ¡por favor deseenme suerte!

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- ¿Qué crees que haces? – Le pregunté.

Estaba sentada en la gran pelota azul de yoga, hacía unos cuantos ejercicios para espalda con una mano en la barriga y la otra sobre mi rodilla, Tom entró a la habitación con una taza de café en la mano.

La mesita de la sala estaba prácticamente pegada a la pared para que pudiera poner ahí la pelota de Yoga y hacer los ejercicios del DVD, aunque Tom no era muy fan de aquello, él me había ofrecido contratar a un instructor profesional, pero ya me parecía que su brillante idea de comprarme una camioneta de medio millón de dólares era suficiente.

Lo vi poner su tasa en la mesita de café y se puso de pie detrás de mí.

- Nada. – Me dijo con un tono alegre.

Una vez que sus heridas sanaron sus padres se fueron y llevábamos casi dos meses sin más problemas. Tom se estaba recuperando bien de las heridas de la pelea y sus migrañas habían desaparecido; se concentró en mantener el gimnasio en orden y en ignorar a la prensa por un lado, y por el otro me llenaba de preguntas.

"Anna, ¿te sientes bien hoy?" "¿Quieres algo de la cocina?" "Te ves cansada, ¿Quieres ir a dormir?" "¿Se movieron de nuevo?"

Siempre rondaba las mismas preguntas.

En ese momento lo vi acomodarse detrás de mí y se sentó detrás de mí en la pelota de Yoga.

- ¡Tom! – Lo reprendí. - ¡Harás que me caiga! – Le dije alarmada, lo último que quería era caerme de sentón a casi ocho meses de embarazo con gemelas.

- Tranquila, no pasará. – Me dijo suavemente. - ¿Para qué es esto? – Me preguntó.

Nos habíamos quedado quietos en la pelota para mantenerla equilibrada, sentí su cuerpo pegado a mi espalda y vi que el DVD seguía en reproducción en la pantalla plana de nuestra sala.

- Es para preparar la pelvis... Tom, por favor, hazte a un lado. – Supliqué con cansancio.

- ¿Prepararla? – Me preguntó apartando el cabello de mi espalda, colocándolo suavemente sobre mi hombro.

- Sí, son ejercicios que le dan...qué sé yo, "elasticidad". – Dije y le di una palmada a su rodilla. – Por favor.

- Ya, ya. – Sentí que la pelota se alzó un poco cuando Tom se levantó y quitó su peso de la pelota azul. - ¿Te puedo ayudar?

Suspiré y lo miré, se apoyó en la pared junto a la ventana y cogió su taza de café, dándole un trago antes de observarme con alegría.

- Bueno, ya casi termino... - Le dije.

Él asintió y miró su enorme reloj de pulsera.

- No tengo nada que hacer hoy, podríamos salir a comprar algunas cosas, ya sabes, mamá me dejó una lista... dijo que deberíamos buscarlas por si acaso.

Suspiré y asentí.

La madre de Tom era amable y cordial, o al menos lo había sido desde que supo que Tom y yo nos íbamos a casar; pero aunque intentara, simplemente no me agradaba mucho aquella mujer. No había leído bien aquella lista, pero le había dado largas a Tom acerca de ir a comprar esas cosas, sin embargo, mamá me había dicho que no estaría de más tener todo listo para cualquier cosa.

Memorias (Tom Kaulitz Fanfiction)Where stories live. Discover now