Memorias (Tom Kaulitz Fanfiction)

Mamá Aprende a Pedir Disculpas

Me tardé en subir (¡perdón!)  porque no sabía exactamente cómo quería que siguiera la historia, pero ahora que lo sé... ¡No me odien!

¡Gracias por leer, votar y comentar!

¡Aquí va!

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Tuvieron que pasar un par de semanas antes de que Emilie me contestara el teléfono, lo entendía: ella no podía tomar las cosas tan bien como Tom; y no podía pedirle otro favor a Listing, sabía que sería demasiado pedir... pero cuando ella me contestó por fin yo ya estaba casi echando humo por las orejas.

Jen se había deleitado escribiendo y contando todo lo que pudiera acerca de la pelea; se había encargado de buscar las mejores fotografías de Tom, las mejores de Listing, se había entrometido en todo cuanto le era posible. Había descrito la técnica de Tom como "descuidada" y se había atrevido a señalar que no le sorprendía que hubiese anunciado su retiro al escribir en uno de sus horribles artículos que "Tom "el cohete" Kaulitz no estaba en su mejor forma" y que "el apoyo que recibía en casa no era el suficiente para mantener una carrera tan demandante como lo era el boxeo profesional".

A mí me hacía falta arreglar las cosas con Emilie ya que sabía que Tom no estaba al tanto del asunto que traté con Georg, necesitaba que volviera a hablarme, necesitaba a esa amiga que entendiera exactamente lo que estaba pasando... pero Emilie estaba molesta y no se molestó en ocultarlo cuando respondió al teléfono.

- ¡Por favor, no cuelgues! - Le pedí cuando escuché su voz. – ¡Emile, lo siento muchísimo! Sé que estuve mal... yo no quería decírselo, pero él insistió...

- Te conté un solo secreto y se lo contaste en cuanto tuviste la oportunidad, pero ¿qué podía esperar de ti? – Emilie estaba furiosa, su tono de voz era cono una alarma aguda o una llamarada que quema apenas uno acercase la mano, - ¡Una chica simple de Texas! ¡Qué mentira! – Emilie buscó en lo que sabía que me causaría la peor de las heridas, y atinó al blanco mejor que nadie, - ¡Lo tuyo es engatusar a la gente, Anna! ¡Qué suerte tuvo ese productor, le habrías ido con el chisme a su esposa de haberle hecho algún favor!

Fruncí el ceño y sentí una presión en el pecho a la mención de "ese productor". Apreté los labios, sabía que Emilie se pondría difícil, pero estaba siendo cruda y desagradable. Se me salió el aire y sentí que me escocían los ojos con la llegada de las lágrimas.

- Emilie... yo no quería causarte problemas, - le dije honestamente, - yo solo...

- ¡Tú! ¡Tú, tú, tú y tú! ¡Todo es sobre ti! – Me gritó al teléfono con tremendo enfado. – Tú quieres que te disculpe, pero tú no sabes lo que hiciste.

Me di la vuelta con el teléfono en las manos, acababa de escuchar la puerta abrirse, Tom había salido a pasear a las niñas en el auto, últimamente era la única manera de arrullarlas antes de irnos a dormir.

- Perdón. – Dije bajito. – Tienes toda la razón, no te molestaré más.

- Eso espero... - Me dijo antes de colgar y dejarme escuchando el pitido de la línea.

Estuve sentada en el sofá de la sala con el teléfono en las manos al menos por unos cinco minutos antes de regresarlo a su sitio en la mesa. Tom estaba ya arriba con Hannah y Danny, sabía que las estaba acomodando para dormir y de no ser porque sabía que Tom me haría mil preguntas si me veía así como estaba – con las mejillas rojas y mojadas por las lágrimas, ojos irritados y nariz mocosa – habría ido a asegurarme de que estuvieran bien arropadas, pero no lo hice para evitar hablar con Tom.