Lo Que Cuenta Es La Intención

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En la foto les pongo a Luna, ¡es que me encantan los perritos! 

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Tom tenía que descansar, solo sería por un par de meses, pero ya no tenía que seguir su estricta dieta ni hacer ejercicio como si se le fuera la vida en ello y eso me alegraba, al menos así me deshice de las horribles caminatas matutinas; cosa que además llegó justo a tiempo porque Tom no quitaba el dedo del renglón con el asunto de tener hijos, y en cada oportunidad que tenía me lo recordaba. Ya comenzaba a frustrarme.

Me levanté de la cama antes que él, era raro que se quedara dormido, así que cuando lo hacía le permitía descansar. La noche anterior había sido de todo, menos tranquila...

Entré al baño y me miré en el espejo como cada mañana antes de ir al inodoro. Me bajé los pantaloncillos del pijama junto con la ropa interior de ositos cariñositos, suspiré y me incliné hacía el cajón debajo de la tarja para sacar el paquete de toallas femeninas.
"Demonios..." pensé. Hacía unos meses tener el periodo había sido una causa de alivio, ahora, era una de decepción. 

Habían pasado casi cuatro meses desde que visitamos al médico y en ese momento comenzaba a desesperarme y preocuparme de que tal vez había algo malo conmigo...

Me cambié y regresé a la cama, no sentía más ganas de dormir pero bien podría acurrucarme con Tom; y eso fue exactamente lo que hice. 

Me acosté a su lado y lo abracé, el tenía ambas manos metidas bajo la almohada así que bastó con poner mi cabeza en su hombro y mi brazo alrededor de su cintura para que él sacara el brazo de debajo de la almohada de plumas y lo pusiera sobre mí. 

- ¿A dónde fuiste? - Susurró con voz ronca. 

- Solo tuve que ir al baño. - Le dije. - ¿Vas a ir al gimnasio? 

El reloj en la mesita de noche no decía ni siquiera las 8:30, odiaba despertar temprano pero Tom nunca se quedaba en la cama por demasiado tiempo en las mañanas, casi siempre lo tenía jalándome de los tobillos a más tardar a las nueve. 

- Mmhmm. ¿Vas a escribir más hoy?

Lo pensé, uno de mis personajes principales acababa de admitir que estaba enamorado de una chica que ni de broma saldría con él, toda la historia se desarrollaba alrededor de esa simple idea, pero ahora que había llegado a ella...bueno, ya no sabía qué más iba a pasar. Solo sabía que necesitaba tener mucha paciencia para narrar la historia como se debía, mucha paciencia... que ya no tenía. Al menos no ese día después de que me llegara el periodo otra vez, clara señal de que no estaba embarazada... otra vez

- Debería, pero no tengo ánimos. ¿Te importa si te acompaño al gimnasio?

Cerré los ojos y su otra mano cogió la mía. 

- Pos supuesto que no. - Me dijo, - iremos más tarde... ¿No tienes hambre? 

Tom intentó levantarse, pero apreté su mano y negué con la cabeza aún recargada sobre su hombro. Sentí su mirada y abrí los ojos. 

- Quédate solo un poco... solo un poco más. - Susurré y a pesar de que no entendió por qué, se quedó. 

***

- ¡Anna! - Escuché desde la puerta. 

Me había tomado más tiempo del necesario en secarme el cabello esa mañana y ahora Tom me llamaba porque también me estaba tomado demasiado tiempo cambiarme para ir con él al gimnasio. 

Memorias (Tom Kaulitz Fanfiction)Where stories live. Discover now