Larga Distancia

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¡Perdon por no subir capítulo! 

Mi vida es un desastre en este momento y tengo examenes y 0 tiempo para hacer cosas que me gustan!! ES HORRIBLE! Pero el proximo semestre las cosas mejoraran...espero... 

Ya tenemos personajes! (Sí!) Decidí darle éste rostro a Emilie (la esposa de Georg). Muchas gracias por esperarme, lo siento muchísimo, no me gusta dejar las historias en "pausa", lo odio, pero no tengo opción más que subir cada mil años. 

¡Creanme que intento escribir aunque sea un poquito todos los días, pero simplemente no puedo!

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Me estaba cambiando frente al espejo mientras Tom seguía tumbado en la cama. Había pasado al menos treinta minutos buscando algo apropiado para ir al trabajo al día siguiente, oficialmente me iba a presentar en una junta con otros miembros del equipo de redacción.

- ¿Ya terminaste? - Tom me llamó desde la cama. Di media vuelta y pedí su opinión. - ¿qué tenía de malo la falda azul?

Tom bajó su teléfono móvil, dejándolo sobre la cama. Me miraba como si estuviera loca.

- La falda azul era demasiado informal. - le explique y me pasé las manos sobre los pantalones negros. - ¿se ve bien por fuera? - señalé hacia la blusa blanca de botones. Tom puso los ojos en el cielo recargando la cabeza en la almohada. - ¿Tom?

- No. - Dijo con aburrimiento. - ¿podrías quitarte eso y venir a la cama?

Puse los ojos en blanco y di media vuelta antes de volver a cambiarme. Cuando terminé de ponerme el pijamas puse la ropa de vuelta en su lugar y me senté al lado de Tom en la cama.

- ¿Y tú qué haces? - Le pregunté al poner la cabeza en su hombro, Tom puso su brazo sobre mis hombros y pude ver lo que hacía en el teléfono. - ¿Otra pelea? ¿tan pronto?

Estaba hablando con su agente acerca de una pelea con otro boxeador alemán. Cogí su teléfono tan suavemente como pude y lo hice soltarlo. Estaban afinando detalles para hacer el contrato y firmarlo.

- Ya es tarde, mañana pueden hablar. - la expresión en su rostro mostraba una mezcla de sorpresa y contento. Asistió y me dejó poner su móvil sobre la mesa de noche antes de apagar la luz.

- Anna... Te quiero. - No era el espectacular te amo con que soñaba, pero tal vez aún habría sido demasiado pronto para eso y en su lugar Tom me regaló esa pequeña joya.

- Y yo a tí. - Dije sonriendo ante el inesperado gesto. 


Nos levantamos casi a la misma hora al día siguiente, Tom saltó de la cama como acostumbraba y me dejó ahí tumbada sin ganas de volver a dormir. No había pasado bien la noche por los nervios de la junta pero Tom se la pasó roncando suavemente toda la noche. Estaba un poco molesta porque él se pudo levantar tan felizmente como siempre mientras que yo tenía unas ojeras de horror.

Me levanté de la cama y entre al baño, me cepillé el cabello mientras Tom pasaba a mi lado listo para cambiarse y salir a correr.
Abrí la llave del agua caliente y me metí a la ducha ya sin esperanzas de volver a la cama.

Después de bañarme, cambiarme y peinarme fui a la cocina a desayunar. No tenía mucha hambre pero sería peor si no comía algo antes de irme. Comí en silencio con Olly mirándome, le di unos trocitos de jamón y el perro no se apartó de mí hasta que salí de la casa por la puerta principal. Me fui a la oficina y como acostumbraba fui directo a mi pequeño cubículo en el fondo. Jen fue por mí unso minutos más tarde. 

Memorias (Tom Kaulitz Fanfiction)Where stories live. Discover now