Capítulo 28

115 19 10
                                    

Garrett

Jeremy festeja por haber ganado habilidosamente el último juego y resoplo con enojo fingido. ¿Cómo puede gustarme tanto? Soy una persona muy competitiva y con él no me molesta perder, en lo absoluto y me aterra eso. He salido con chicos antes, con muchos, pero los encuentros de una noche no son como esto y ahora me siento como un maldito virgen. No sé por dónde empezar y tampoco quiero ser quien dé el primer paso. Nos hemos besado, muchas veces, pero esto supera mis capacidades de flirteo porque Jeremy ya ha tenido relaciones largas y eso se sale de mi zona de confort. Nos gustamos y tenemos mucho en común, entonces, ¿por qué me asusta tanto? Por tu pasado, Garrett. La voz en mi cabeza tiene razón y no he podido acallarla. Em, es una de las pocas personas que conoce lo que me pasó, porque ella pasó por algo igual o peor, me siento cómodo y seguro hablando con ella. No sé si podré explicarle algo así a Jeremy, no sé si tenga las agallas, en este punto no sé nada en absoluto.

Miro hacia la barra y algo no anda bien. Zac tiene ambas manos enterradas en su rostro mientras que Ethan le habla con clara preocupación. Dejo el juego a un lado y me acerco a ellos. Zac ha sido mi amigo desde hace unos tres años, nos conocimos en una discoteca, donde con tres tragos arriba, intenté ligar con él. No me golpeó, no me insultó ni se regodeó en mi cara, solo me invitó una cerveza y me dijo que no estaba interesado. Nunca creí que fuera gay, pero el hecho de que aun así entablara una conversación conmigo, fue más que suficiente para considerarlo mi amigo. Luego en otras dos instancias en ese bar, conocí a Ethan y Lisa, y para cuando Zac se volvió mi entrenador de defensa personal, los cuatro ya éramos bastante unidos.

—¿Qué pasa? —indago, una vez que llego a su lado.

—Nada...

—Mi puto padre —dice Zac de sopetón y cortando a Ethan en el proceso.

Lo miro con confusión mientras toma lo que le queda de cerveza y pide otra. Su rostro está contorsionado de tanto pensar y comienzo a creer que debería llamar a Em.

—¿Tu padre no había muerto?

Mi pregunta parece sorprender a Ethan, pero es la historia que me habían contado. Zac nunca habla mucho de su familia, todos saben que Bridget es su tía, eso no es algo anormal, aunque una vez tuve curiosidad y sin ningún rastro de emoción, Zac me dijo que su padre estaba muerto.

—No hay mucha diferencia en realidad, cuando un padre te abandona para ir detrás de una vagina, está muerto —masculla y sin duda es el alcohol quien se llevó la delantera esta vez.

—Lo siento, amigo, no tenía idea —digo, en un intento de disculparme.

—No te preocupes, vine a tomar un trago con ustedes porque quería saber lo que te pasaba ­—Zac mira a Ethan y éste asiente—, ahora que ya lo sé, quiero ir a ver a mi chica y cuando me necesites para hablar con Lisa, estaré ahí.

Miro con más pena de la que pretendo a Zac, no lo merece, él ha pasado por muchas cosas y su separación con Em hace ocho meses fue lo que lo volvió frío y distante. Le costó volver a sonreír, enfocarse en su carrera como boxeador y encima lidiar con la zorra de Camile. El corazón de Zac es puro y enorme, Em es muy afortunada y viceversa. Nunca conocí a dos personas que hayan sufrido tanto y se hayan encontrado para amarse más.

—Te llevo, yo apenas le di un sorbo a mi cerveza.

—Estás con Jeremy, yo lo llevo —interviene Ethan.

—De hecho, los llevaré a ambos, porque si se matan contra un poste, tendré que enfrentar la ira de Em y Lisa, eso no es algo que pueda imaginar —declaro y ambos terminan aceptando.

Me acerco a la mesa de billar y Jeremy me muestra su característica sonrisa que me gusta tanto, sonrisa que se borra cuando ve mi cara de frustración.

ReaLove ©Where stories live. Discover now