Capítulo 5

301 45 98
                                    


Mis ojos comienzan a picar y mi garganta se seca. Ahora me ve.
Sus pasos frenaron de forma abrupta al igual que los de ella. No puedo dejar de observarlos y mi confianza se hunde en lo más profundo. Sólo la inseguridad se come mi sentido común y hace que olvide hasta cómo se respira.

Mi pecho se cierra y mi estómago se contrae cuando nuestros ojos se encuentran. Su mirada es oscura y me cuesta reconocerla si soy completamente sincera, ese no es mi Zac.

Doy un paso atrás y Garrett se pone justo en frente de mí. Conozco las sensaciones que están recorriendo mi cuerpo y me frustra saber que todavía tengo todo eso dentro de mí sistema. Al parecer uno nunca supera las cosas como nos hacemos creer, simplemente se quedan escondidas y esperan el momento perfecto para reaparecer.

—Sácame de aquí —pido en un susurro.

Los ojos de Garrett se abren de más cuando se da cuenta de lo que me está pasando. Todas mis prácticas para enfrentar a Zac se van al caño cuando todo comienza a dar vueltas a mi alrededor.

—Necesitas aire —dice mi amigo mientras me ayuda a salir por la puerta más cercana.

La brisa es fría de pronto y mi piel se eriza ante el contacto de la misma. Una sola lágrima es liberada y me refugio en los brazos de Garrett mientras las penas sacuden mi cuerpo.

—¿Es un ataque de pánico?

Escucho su voz, pero no soy capaz de mirarlo, no quiero. Siento su respiración agitada más cerca de nosotros y el nudo en mi estómago se retuerce. Comienzo a negar con la cabeza aún escondida en el pecho de Garrett y él intensifica su abrazo.

—Vete —pide mi amigo sin soltarme—. ¡Lo estas empeorando, vete!

Me sorprende el tono molesto que usa, pero no replico, necesito que se aleje de mí hasta que pueda controlar las sensaciones que están atravesando mi cuerpo ahora.

—No me iré —Zac habla, pero se me hace insoportable seguir escuchándolo.

—Por favor —suplico—. No puedo…

—Vamos al hospital —declara Garrett.

Quiero decirle que no, pero las palabras están muertas en mi boca y me cuesta creer que eso sea posible.

—No, Garrett —interviene Zac.

Lo siento más cerca y mi piel reacciona ante el calor de mi espalda. Garrett no se mueve y no lo aparta cuando los dedos de Zac acarician la piel descubierta que deja el vestido.

—No creo que esto sea bueno para ella —susurra Garrett sólo para Zac. Como si yo no los escuchara.

—Em, mírame —pide con voz suave.

Sorprendentemente mi cuerpo comienza a reaccionar a sus palabras y una vitalidad desconocida me hace apartar mi rostro empapado del pecho de mi mejor amigo. Garrett se comunica conmigo sin decir una palabra y con un asentimiento de mi parte, da un paso atrás y nos deja solos.

—Por favor, no me toques —demando con la voz entrecortada.

Su mano se aparta de mi piel y un cosquilleo me recorre toda la espina dorsal. No quiero que él tenga ese control sobre mí. No lo soporto. Así que como puedo y con la poca dosis de dignidad que aún me queda, me volteo y todo lo que estaba doliendo dentro de mí se disipa. Sus ojos. ¡Mierda! ¿Cuánto eché de menos su mirada castaña? Demasiado me atrevería a decir.

Ninguno habla, pero las palabras ahora mismo no parecen necesarias. Mi mirada recorre la extensión de su cuerpo y él hace exactamente lo mismo. Trae un traje negro que le queda como un guante. Nunca lo había visto con algo que no fueran sudaderas o chaquetas de cuero y me asusta de alguna forma no reconocer al hombre que tengo frente a mí.

ReaLove ©Where stories live. Discover now