Capítulo 15

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Em

Puedo sentirlo. Hace mucho que no me pasa y para ser honesta, no creí que volvería a suceder. Mis ojos pican y el nudo en mi garganta se aprieta, los peores eventos que pasé, se agrupan y hacen una larga fila para atormentarme. Recuesto mi cabeza en la almohada y permito que las lágrimas salgan. Es bueno llorar, mi alma se relaja cuando dejo que todo el sufrimiento salga de mi sistema y no me importa si me hace ver débil, lo que me interesa es cómo me siento después. No recuerdo la última vez que dejé que todo me superara como está pasando ahora, pero soy consciente que, de alguna forma, me lo busqué.

A duras penas salgo de la cama y me meto en la ducha. Otra ronda de tristeza me abruma bajo las gotas que debían relajarme y le doy un buen recibimiento también. Asumo que cuantas más veces llore, más rápido va a pasar.

Los eventos de esta semana no me ayudaron en lo absoluto y entonces decido terminar con mi agonía. Envuelvo la toalla alrededor de mi cuerpo y voy en busca de algo que tenía bien escondido. No quería recurrir a esto, pero veo que me estoy quedando sin opciones y sé, muy en el fondo, que esto es lo correcto para mí.
Dos tonos son más que necesarios antes de sentir la conocida voz que hace mucho que no oía.

—¿Sandy? —murmuro avergonzada.

—Em —responde con entusiasmo—. ¡Qué agradable sorpresa!

—También me da gusto oírte —suspiro—. ¿Puedo pedirte un favor?

—Por supuesto, ¿todo está bien?

—No... —Mi voz se rompe.

—¿Qué sucede, cariño? —Su preocupación es palpable en cada palabra.

—Creo que necesitaré el número de Sharon.

La escucho suspirar del otro lado de la línea. El sonido tiene un toque de alivio porque de alguna manera se dio cuenta de que no era nada grave lo que estaba pasando, solo quiero estar en contacto con la psicóloga y concretar una cita a la brevedad.

—Claro, cielo, te lo enviaré. ¿Necesitas compañía?

Una pequeña y triste sonrisa se forma en mi rostro. La pregunta de Sandy no me sorprende en lo absoluto, pero lo que me deja más que sorprendida es que la haya formulado. La mayoría de las personas a mi alrededor, habrían venido sin siquiera preguntar, pero Sandy sabe el tratamiento que seguí en el hospital y tiene bien claro que hay días en los que no quiero estar con nadie. Ella es perfectamente capaz de darse cuenta de que necesito espacio, sin abandonarme por completo.

—Estoy bien, es solo un día sin visitas —digo metafóricamente.

—De acuerdo, cualquier cosa no dudes en llamar.

Asiento sin importar que ella no me vea y finalizo la llamada con una dulce despedida por su parte. Inhalo y exhalo varias veces y poco a poco mis hombros se relajan. Decido terminar de vestirme con una simple camiseta y decido quedarme en bragas como si fuera mi día libre.

Hoy nada me va a molestar, porque así lo decido y a la mierda Zac con su pelea. No quiero ver ni escuchar nada que me estrese, por lo que planeo una tarde de Harry Potter  y comida chatarra. Es lo único que me hará bien y doy por comprobado que es uno de los mejores planes contra los pensamientos negativos que pude haber tenido. Sé que no es la cura, pero es lo más cercano a la tranquilidad que puedo tener y por ahora es más que suficiente.
Miro la hora luego de Harry Potter y el prisionero de Azkaban y por fin enciendo mi celular. No me sorprende en lo absoluto ver varios mensajes de Garrett e incluso un par de Tara. Contesto a mi mejor amiga y le prometo que mañana estaré en su departamento para pasar todo el día con ella. No leo ningún mensaje de Garrett y decido llamarlo directamente.

ReaLove ©Where stories live. Discover now