Capítulo 16

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Em

Apoyo la cabeza contra la puerta y respiro varias veces. Debí haberlo sabido, Zac es demasiado impulsivo y ni las palabras de Garrett lo iban a detener. No puedo lidiar con él, no soy capaz de darle lo que tanto quiere y no me siento en condiciones de hacerlo tampoco.

Me ha costado tanto encontrarme a mí misma y perder ese poder es lo que más me aterra. Zac me puede complementar o no y creo que el "no" es lo que más me asusta. Hubo un momento en el que todo era posible, pero ahora veo que es tan difícil seguir a mi corazón y no sé qué mierda hacer.

-Em, no te comas la cabeza...

Otro suspiro es librado de mis labios y miro otra vez por el pequeño circulito en mi puerta.

-Solo quiero estar aquí para ti, amor.

Cierro los ojos y mi cuerpo tiembla al oír la última palabra. Los recuerdos de nuestro corto tiempo juntos me invaden como una ola y otro camino de lágrimas cae por mis mejillas. Quiero que todo sea como antes, pero, en lo más profundo de mi ser, siento que eso no es posible y quiero pelear contra ese resultado. Necesito hacerlo.

Giro la perilla con lentitud y cuando por fin termino de abrir la puerta, tengo a los brazos más reconfortantes del mundo a mi alrededor. Mis sollozos resuenan junto a su corazón y ni una palabra sale de sus labios mientras me consuela. No sé cuánto tiempo pasa, pero terminamos en el suelo con sus dedos recorriendo mi cabello y nuestra respiración recuperando su ritmo natural. Aj a nuestro lado con su cabeza apoyada en mi regazo es el toque final a nuestro momento de cariño.

Tomo una profunda respiración y me aparto de él lo suficiente como para chocar con su castaña mirada. Espero ver preocupación o lástima, pero no, solo afecto veo ahí y me quedo con esa sensación porque es lo mejor que ahora puede pasarme. Los dedos de Zac acarician mi mejilla y mis ojos se cierran por impulso. Lo he extrañado tanto que no lo podría describir con palabras y está aquí, después de todo y sin ninguna condición. No puedo ni siquiera pensar en las repercusiones que me traerá esto en la mañana porque, sus labios sobre mi piel, son todo para mí en este momento. Es una caricia suave, que se lleva todos mis temores y planta la conocida seguridad que solo él puede darme.

¿Cuánto tiempo soñé con esto? Demasiadas veces para contarlas y más aún, para pensar que en algún momento volvería a ser real. Sus labios rozan mi barbilla y mis manos hacen un puño en su camiseta. Él se aparta al entender que está sobrepasando una línea imaginaria, pero no sin antes darme un pequeño beso en los labios. Casto como se supone que pedí, pero mi cuerpo objeta cuando se aleja y me controlo lo mejor que puedo.

-Tu pelea -musito mirando sus ojos para no caer en la tentación de bajar la vista a sus apetecibles labios.

-Gané -susurra con una pequeña sonrisa-. Necesitaba que estuvieras ahí.

-Lo siento, Zac.

-No. -Su mano ahueca mi mejilla-. Perdóname por haberte presionado, fui un verdadero hijo de puta y ni siquiera me puse a pensar en cómo te sentías con todo esto.

Su disculpa era lo que extrañamente necesitaba para quitarle el peso a mis hombros y ni siquiera lo sabía. Él siempre tiene la solución.

-Pensé que por un momento habías dejado la pelea.

-Fue lo primero que se me ocurrió, pero me arrastraron al ring y decidí terminar rápido porque sabía que me necesitabas.

Apoyo mi cabeza en su pecho y él vuelve a rodearme con sus brazos. Jamás tuve un día malo cuando salía con Zac, siempre fueron antes o después y quizá él siempre fue la solución, aunque no quiero fiarme de esa opción ahora.

ReaLove ©Where stories live. Discover now