Capítulo 10

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Me encuentro una vez más en casa de Bridget. La pequeña Vanessa duerme plácidamente en mis brazos y su madre se encuentra en la cocina preparando el café para una agradable charla de mujeres.
Sentí la necesidad de pasar mi domingo por la tarde aquí ya que si sigo oyendo las conspiraciones de Garrett y Tara con respecto a los hombres que aparentemente están locos por mí, terminaré enloqueciendo yo.

Trent es muy dulce y no se ha insinuado en lo absoluto, aunque debo asumir que eso es culpa de Garrett al decirle que yo no estoy disponible. ¿Cómo se le ocurre? Él arregla sus problemas con Zac y otra vez intenta juntarnos. Los hombres están locos.

Sin duda tomé la decisión correcta al venir hoy, una tarde de mujeres, sé que Lisa vendrá también y por más que quisiera a Tara aquí, el médico recomendó que haga el mayor reposo posible. No faltará oportunidad porque soy la encargada de organizar su baby shower y ya tengo una gran fiesta planeada.

—Em, tengo bocaditos de limón —informa Bridget desde la cocina.

—Perfecto —exclamo lo más bajo posible.

Bridget jamás me decepciona si de comida se trata porque, sin duda, cocina manjares.

Recuesto a Vanessa en su silla acolchonada y saco mi móvil cuando siento que me llega un mensaje de Lisa. Estará aquí en diez minutos, así que me encamino a la cocina para ayudar a Bridget y antes de lograr mi propósito, suena el timbre.

Un escalofrío recorre mi espina dorsal al imaginar que sea Zac quien está del otro lado de la puerta. Sé que Logan fue a ver a sus padres y no regresará hasta la noche, entonces mis opciones se reducen al chico que me ha vuelto loca.

Tomo una gran bocanada de aire y me encamino hacia la puerta. Cuento mentalmente hasta tres y la abro.

Me quedo quieta y todo a mi alrededor parece ir en cámara lenta. No es Zac, pero la persona frente a mí me pone los pelos de punta de peor manera.

Camile sonríe con frialdad y se adentra a la casa haciéndome a un lado con facilidad. Cuando salgo de mi estado de shock y me volteo para pedir una explicación, veo a Bridget aparecer con cara de pocos amigos.

—Espera aquí mientras voy por el paquete de Zac.

Y así sin más desaparece escaleras arriba y me deja sola con esta maldita víbora. Ella parece recordar que pasó por encima de mí hace cinco segundos porque se voltea y me escanea con su insípida mirada.

—¡Emerson! —Mi nombre suena como mierda en sus labios—. ¿Cómo has estado, querida?

¡¿Querida?! Verás que tan querida soy. Mi mente explota en millones de maneras de romperle la cara, pero recuerdo que hay una pequeña durmiendo a no más de diez metros de nosotras, así que respiro profundo y pongo mi mejor cara de serenidad.

—Estoy bien.

No pienso preguntarle cómo está porque no quiero seguir ningún tipo de conversación, pero tal parece que ella sí.

—¿De verdad? —Su tono burlón no me pasa desapercibido—. Cuando Zac decidió quedarse conmigo luego de tu estúpida escena de celos, creí que seguirías llorando por los rincones.

—Pues creíste mal —musito con calma.

La rabia crece a un ritmo descomunal y se me está haciendo muy difícil no darle la cabeza contra la pared.

—Lamento que las cosas hayan sido así, pero no eres competencia para mí y de verdad me apena que las cosas resultaran así. —Su sonrisa me descoloca, pero me repongo en el acto.

—No lo dices enserio.

—Por supuesto que no. —Da un paso más cerca de mí—. Me alegra que Zac se diera cuenta de lo zorra rastrera que eres y viniera con una mujer de verdad.

ReaLove ©Where stories live. Discover now