Capítulo 9

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Aún no han aterrizado.

Tecleo en respuesta al mensaje de mi madre. Llevo una hora en el aeropuerto debido a que el vuelo de Tara y Aiden se retrasó por el mal clima. Mis padres insistieron en que tomen el avión privado en cuanto se enteraron del embarazo, pero aun así tuvieron que esperar un mes para no correr ningún riesgo.

Han pasado muchas cosas en este último mes y no sabría por dónde empezar. Comencé a trabajar en Lowell Industries y tengo a mi cuidado a once niños que me llenan de risas y me hacen ver lo mucho que agradezco haber elegido esta carrera. Estoy considerando a un nuevo psicólogo, no era lo que quería, pero me di cuenta de que necesito desahogarme con un profesional y ya con ese paso en mente estoy mucho mejor ahora, espero concretar la cita pronto. He salido con Lisa y nos volvimos muy cercanas. Las charlas en el salón de belleza donde trabaja son como seis meses de terapia y tenemos más en común de lo que pude imaginar. Visito mucho a Bridget porque creé un vínculo con Vanessa que se me hace difícil de explicar con palabras y solo puedo decir que amo con locura a esa bebé.

No he vuelto a ver a Zac y la única vez que Ethan me dijo algo, fue hace unas dos semanas. Me comentó que ya se instaló en su nuevo departamento y que se dedica a entrenar día y noche para sus peleas. No quise saber más y todos a mi alrededor respetaron mi decisión. Me temo que en algún momento lo encontraré, ya que rondamos el mismo círculo de personas todo el tiempo, pero no pienso mostrarle lo mucho que aún me afecta lo nuestro. Ya no más.

—Creo que ya están llegando.

La voz de Garrett me saca de mi estado de ensimismamiento y sigo su mirada hacia la pista de aterrizaje, donde efectivamente, está llegando el avión de la familia.

—Vamos —digo con la emoción recorriendo mi cuerpo.

Corro a toda velocidad y la risa de Garrett me sigue. Un grito de emoción sale de mi cuerpo cuando veo a mi hermano descender de la mano de su esposa. Detrás de ellos, bajaron dos chicos más, pero no les muestro importancia y me tiro en los brazos de Aiden. Mis ojos se llenan de lágrimas de pura felicidad cuando me rodea con fuerza, lo lleno de besos mientras él gira y se ríe alegremente.

Nunca estuvimos tanto tiempo separados y el vínculo que tengo con mi hermano no lo puede reemplazar nadie. No espero que alguien lo entienda algún día, pero hay lazos que simplemente necesitamos en nuestra vida y no nos damos cuenta de ello hasta que se rompen.

Cuando miro sobre su hombro veo a mi mejor amiga con la sonrisa más grande que puede existir y a su lado están los otros dos chicos. Uno de ellos me mira con curiosidad y una pequeña sonrisa se asoma en su comisura izquierda.

—Te eché muchísimo de menos, Em.

—También yo, Aiden. —Me aparto de sus brazos—. No vuelvas a irte.

—Por ahora no. —Me regala un guiño—. Al menos no van a ser períodos largos.

Asiento más conforme que nunca y cuando mi hermano se hace a in lado, voy directamente hacia Tara. Mi amiga no tarda en rodearme con sus delgados brazos y yo hago lo propio, con la pequeña diferencia de fuerza. Debo recordar que tiene a mi sobrino/ahijado en camino y nada me hace más feliz que tenerla de vuelta.

—¡Em! —Me separo de Tara y veo a Garrett corriendo e intentando recuperar el aliento—. ¡Que rápido corres, maldición! —Todos los presentes reímos.

—La emoción me ganó —me justifico con una sonrisa.

—¡Amor platónico!

Garrett abraza a Aiden y tanto Tara como yo nos partimos de risa.

ReaLove ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora