Capítulo 14

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Mis nervios han estado en mi contra en el día de hoy y conozco bien el motivo. En menos de veinticuatro horas es la pelea de Zac y me comienzo a arrepentir de haber aceptado ir. No sé si estoy lista para darle una respuesta a lo que me he negado pensar porque todo es una batalla de pros y contras en mi sistema.

Termino de juntar todos los juguetes que los niños dejaron escondidos para que no les llame la atención y suspiro. Son muy ingeniosos cuando se lo proponen y eso me llena de una alegría que se me hace difícil de explicar. El mejor trabajo de la historia lo tengo yo, pero, después de todo, es viernes y como un ser humano normal, necesito de mi descanso.

Antes de poder terminar de formular la imagen de mi misma tendida en el sofá viendo repeticiones de The big bang theory, Garrett entra en mi espacio de trabajo y luce más agitado que de costumbre.

—¿Qué haces aquí? Creí que irías al juego con Jeremy.

Levanto la caja de los juguetes y con mi amigo siguiendo mis pasos, la guardo en su lugar.

—Iré, pero necesito un favor. —Cuando lo miro, me arrepiento. Nada bueno viene con ese intento de mirada suplicante más el puchero excesivo.

—Ve al grano, Garrett.

—Quiero que vayas con nosotros.

Y mi idea de descanso se va al caño cuando pronuncia esas palabras. Siento que me he recargado de muchas cosas esta semana y de verdad quería quedarme en casa hoy. Mi fin de semana está literalmente ocupado con el compromiso de la pelea mañana y la visita que le haré a Tara el domingo. Mi cuerpo me exige que respire y mande a todos a la mierda, pero mi lado bueno sabe que no soy capaz de hacer eso.

—Garrett… —comienzo a decir, pero me corta.

—Escucha, Jeremy tiene entradas para cuatro personas y cometió el error de comentárselo a Trent, quien se unió a nuestro plan sin ser invitado. Ahora quiero que vayas con nosotros así lo entretienes y no se me arruina la noche.

—¿Me estás utilizando? —pregunto divertida.

—Te lo suplico. —Se arrodilla a mis pies y me carcajeo a gusto.

—Bien, tú ganas, pero me devolverás el favor.

—Seré tu esclavo.

Otra risa me invade e intento no sacar provecho a esas palabras.

Con Garrett salimos de LI rumbo a mi departamento, donde me doy una ducha rápida y me visto lo más acorde posible a un juego de béisbol. Los jeans son parte de mí, pero las sudaderas no salen mucho de mi armario para ser honesta. Hace mucho frío hoy así que le daré la oportunidad a una, su color es rojo intenso y tiene grabada una frase: “I am the one”. Me reúno con mi amigo en la sala de estar y me trago la risa al verlo con una especie de chaqueta del equipo y con un sombrero a juego. De cierto modo, me resulta adorable cuanto quiere encajar en todo el asunto para poder conectarse con Jeremy y me doy cuenta de que no podría haberme negado a ayudarlo, aunque quisiera.

—¿Estás listo?

Garrett salta en su lugar y se lleva la mano al corazón de forma dramática. Sonrío una vez más mientras este asiente e intenta recobrar el aliento. Agito las llaves y le hago una señal con la cabeza para irnos.

—¡Espera! —Lo miro—. ¿Me veo bien? —pregunta con claro nerviosismo.

Le sonrío con dulzura y me acerco lo suficiente para tomar su rostro indeciso entre mis manos. Jamás lo había visto así y de cierto modo me desconcierta. Sé que Garrett ha estado en cada momento vulnerable que tuve el último año y me hace sentir mal no recordar ni un solo instante en el que quizá él me haya necesitado. Que egoístas podemos ser con los demás cuando creemos que somos los únicos que sufrimos. La vida es una tormenta de malos y buenos momentos, solo tenemos que decidir con quién atravesar esa tempestad, para darnos cuenta de las personas que siempre van a valer la pena en nuestro corazón. Garrett tiene un pase ganado desde el día uno y sin importar lo que suceda, quiero ser un pase para él también.

ReaLove ©Where stories live. Discover now