Capítulo 7

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Garrett se estaciona frente a la florería y dejo salir un suspiro. Hace rato dejó de llover, pero el clima sigue húmedo y gris, igual que yo.

Mi padre entendió a la perfección cuando le comenté a donde iría después de la oficina e incluso quiso acompañarme, pero esto es algo que debo hacer sola ya que solo así sabré si puedo seguir haciéndolo.

—¿Estás segura de que no quieres que te espere? No me molesta.

Garrett apaga el motor y me mira. Sé que tiene en los ojos y es la misma pena que vi en los de mi padre. Esto es muy masoquista de mi parte porque después de todo lo que he pasado, pareciera que me gusta buscar el dolor, pero este va a ser diferente y lo tengo muy claro.

—Estaré bien. —Lo abrazo en modo de despedida—. Te escribo cuando esté en mi departamento y mañana puedes venir a tener una noche de chicas si quieres.

—Oh, me muero por eso. Beber y comer pizza hasta explotar para después hablar basura sobre los hombres —fanfarronea con una gran sonrisa.

—Por supuesto. —Me bajo del auto—. Conduce con cuidado.

—Ten cuidado tú también, sabes que mi teléfono está siempre a mano.

Asiento una vez más y con eso él se va.

Entro al pequeño local y el olor natural de las flores me noquea por un segundo. Solo hay una señora comprando en este feo domingo así que no me lleva mucho tiempo adquirir un hermoso ramo de azucenas y salir del lugar. Miro hacia el otro lado de la calle y respiro hondo antes de cruzar y por fin adentrarme al cementerio.

Llevo días postergando este momento y ya no puedo evitarlo más. Todas las sensaciones que recorren mi cuerpo ahora son indescriptibles, pero ninguna me dice que es incorrecto lo que estoy a punto de hacer. Porque mi sistema sabe que lo necesito y de alguna manera sé bien que eso es todo lo que me importa.

Comienzo mi búsqueda entre los senderos del cementerio e intento no mirar más allá de los nombres en las lápidas porque es terriblemente triste lo que se puede apreciar a detalle. Ver fechas de fallecimiento de niños o jóvenes me parte el corazón y junto con las dedicatorias de sus familiares logran que la opresión de mi pecho aumente.

¿Cuántas personas no merecían irse de este mundo? Sé que es tonto pensarlo de esta forma, pero tengo mi mente convencida de que la muerte debe llegarnos de viejos y ya con la cabeza en paz. Nadie quedará de semilla en el planeta, pero soy una firme creyente de que existen las injusticias y el nombre que yace por fin frente a mí es una de ellas.

A diferencia de las otras lápidas, la de Pat es triste y carece de cualquier tipo de amor. Solo su nombre y las respectivas fechas que me recuerdan todo lo que perdí en un instante. Sin querer hacerlo, cierro los ojos y todo me inunda. Patrick rescatándome. Patrick armando un plan para salir ambos ilesos. Patrick caminando conmigo mientras hacemos las paces. Patrick empujándome sin motivo. Patrick recibiendo una bala que acaba con su vida por mí.

Cuando abro los ojos una vez más, mi rostro ya está bañado en lágrimas y caigo de rodillas sobre el césped que cubre su tumba. Con mis manos temblorosas, intento sacar las hojas secas que cubren su lugar y después coloco las flores.

Mis dedos se aferran al pasto con tanta fuerza que siento la tierra blanda incrustarse en mis uñas y lloro sin vergüenza alguna. Tantas cosas han pasado para traerme a este momento y siendo honesta ninguna de ellas se compara con el dolor que estoy experimentando ahora. Mi corazón está destrozado a niveles difíciles de explicar porque por más que lo intentemos, nunca seremos capaces de describir tal dolor para que otra persona lo comprenda. Cuando perdemos a un ser querido, el mundo ya no gira con normalidad para nosotros y tenemos que adaptarnos a eso sin quejarnos al respecto porque nadie será capaz de entender lo que significa ni lo que provoca dentro de nuestro ser hasta que ellos mismo pasen por eso. No hay mayor muestra de valentía que seguir adelante en este mundo de mortales, sabiendo que parte de tu alma ya no pertenece a este lugar y que nunca va a volver.

—Hola Pat —susurro entre lágrimas.

Me siento sobre la humedad sin importarme mi vestido ni que se esté arruinando por el lodo y le cuento todo. Le hablo desde el fondo de mi corazón porque siento que me escucha y que está aquí conmigo.

Le digo sobre el viaje a África y lo bien que me sentí rodeada por los niños. Le menciono el embarazo de Tara y dejo a Zac para el final. Le pido que por favor me guíe de alguna manera para seguir el camino correcto y le prometo que vendré cada vez que pueda.

No sé cuánto tiempo pasa antes de que me levante, pero cuando por fin lo hago, mis piernas tiemblan ligeramente y el sol se comienza a ocultar. Sacudo mi vestido lo más que puedo y me encamino hacia la salida del cementerio con la cara tirante por las lágrimas y las manos duras por el lodo.

El tipo que conduce el Uber lo piensa dos veces antes de dejarme subir y el camino a casa se me hace corto gracias al cielo.

Tony me mira sorprendido, pero luego, me saluda con toda la formalidad que puede y yo hago lo propio. Mi departamento brilla como de costumbre y sé que la mano de Brenda estuvo por aquí. Sin dar mucha vuelta, me meto en el cuarto de baño y me despojo de la ropa para tomar una ducha. El agua caliente relaja mis músculos y me aleja un poco la tristeza que me estaba consumiendo. Me tomo todos los minutos posibles y dejo que los pensamientos me corroan otra vez.

¿Cómo pudo haber cambiado tanto todo en el último año? Si voy hacia atrás en el tiempo siento que me va a explotar la cabeza. Pasaron muchísimas cosas que definieron ciertos puntos de mi vida de una forma brusca y sin dejarme prepararme lo suficiente para esos cambios drásticos. No soy la misma Em, pero lo peor es que no sé si me gusta esta nueva versión o si me aterra en lo que me estoy convirtiendo. Lo cierto es que, no recuerdo ni cómo era antes de que me atacaran y es muy extraño. Como si mi sistema hubiera sido reiniciado y un nuevo programa es el encargado de hacerme pasar por todos estos horrorosos cambios.

Las teorías son ilimitadas, pero mi cabeza ya no quiere seguir maquinando después del largo día que tuve y decido cerrar el grifo de la ducha justo cuando suena el timbre de mi departamento.

Maldigo en voz baja cuando tomo una toalla para envolver mi cuerpo desnudo y busco mi celular en el bolso para confirmar lo que estaba pensando. Tengo varios mensajes de Garrett y de mis padres así que, sin hacer esperar más a mi mejor amigo, me apresuro por el pasillo y abro la puerta sin preguntar si quiera quién es. Debí haber preguntado.

Zac Reed me mira con sorpresa y mi teléfono se cae de la impresión porque no esperaba verlo en mi puerta. Se agacha a toda velocidad y toma el aparato, pero cuando me lo tiende, doy un paso atrás y le hago una señal con la cabeza para que entre. Su sorpresa se triplica, pero no espera más de dos segundos antes de adentrarse en la estancia.

Tenemos una charla pendiente, supongo.

Capítulo triste 😭 espero que hayan tenido una buena semana y estén cuidando su salud 🤗 el próximo capítulo va a estar buenísimo y es todo lo que puedo decir por ahora... Muchas gracias por leer y espero que les guste 😍 Los leo...x

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