Capitulo 4

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La lluvia seguía cayendo suavemente en la noche, las gotas que caían hacían eco al tacto de la armadura del individuo que se entrometió en la pelea del Demonio y el falso padre.

Freed dio un salto hacía atrás con precaución. Su Excalibur golpeo la armadura de este tipo pero no le hizo ni el menor rasguño, furioso, observo con cuidado al que idiota que se atrevió a interrumpirlo.

Una armadura hecha de oro de un tono brillante que cubría todas las partes de su cuerpo junto a una capa blanca en su espalda que se pegaba a la armadura por la lluvia, un casco que hacía juego y cubría toda la cabeza, mostrando solo el rostro. Lo mas llamativo de la armadura eran esos cuernos en sus hombros. Freed vio que era un chico de una edad similar a la del Demonio, mechones castaños y unas pestañas que parecían puntos.

-¡¿Y tu quien diablos eres?! ¡¿Acaso quieres que te corte también?!- Grito Freed, riendo lunáticamente.

Kiki lo observo sin inmutarse, miro atrás sin girar su cabeza a Kiba, también observo al sacerdote en el suelo y sobre todo, observo con atención la espada que el peliblanco tenía, emitía un poder sagrado que solo había visto en Athena, pero el aura era diferente a la de ella y mucho mas débil.

Lo primero que vino a su mente era que ese tipo y el sacerdote en el suelo encontraron a Kiba y al identificarlo como un Demonio intentaron eliminarlo, el sacerdote salió herido y Freed quedo luchando solo. Pero esa idea fue descartada al sentir la sed de sangre de ese hombre, además de que el Demonio rubio casi era asesinado sin poder defenderse, una acción cobarde.

Camino al cuerpo del sacerdote caído y le tomo el pulso. -Sigue con vida, pero esta débil, tendré que llevármelo conmigo para sacar respuestas- susurro.

-¡No te iras a ninguna parte, bastardo! ¡Ese tipo será rebanado por mi, y si interfieres también te cortare!- Amenazo Freed, apuntándole su Excalibur.

Kiki no respondió, tomo al sacerdote y lo puso encima de su hombro como un costal de papas con cuidado, para posterior acercarse al sacerdote.

-¿Elegiste ser rebanado? ¡Bien! ¡Prepárate para morir!-.

Fue hacía él y cuando levanto su espada y la descendió con fuerza, se vio impactado al ver como, con un dedo, ese sujeto paro en seco su golpe.

-¡¿Qué demo...?!-.

-Lo lamento, pero no tengo tiempo para lidiar contigo- dijo Kiki. Deslizo su dedo por la zona plana de la espada llegando hasta la zona cerca de la empuñadura. Hizo un poco de presión, y la hoja de Excalibur fue ella añicos.

Freed abrió los ojos desmedidos por ver como su poderosa arma fue rota por un sujeto que de nada conocía y que lo hizo con un dedo. Salto con precaución hacía atrás, mirando con mas odio a Kiki.

-Maldito- pero antes que pudiera hacer algo, un circulo mágico de comunicación apareció en su oído. -¿Huh?- Escucho lo que la otra voz le decía. -Alguien me esta llamando. Terminaremos esto en otra ocasión-.

-¡No dejes que escape!- Grito Kiba, poniéndose de pie.

Freed tiro una bomba de luz al suelo, iluminando la zona que cegó a los presentes unos instantes. Cuando la luz se fue, el sacerdote había desaparecido, junto con los restos de la espada.

Kiki sintió con su cosmos que escapaba a gran velocidad, podía seguirlo y atraparlo fácilmente, pero parece que no trabajaba solo y desconocía las circunstancias, pero estaba seguro que tenía que ver con esas dos usuarias de Excalibur.

Su cosmos le decía que algo grande iba a pasar, tenía que hablar con Seiya.

-Seiya, ¿me escuchas?- Le hablo por telepatía a su camarada.

La Leyenda de las Facciones y del SantuarioWhere stories live. Discover now