Capitulo 38

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El destello de dos choques de Cosmos poderosos iluminaba la entrada de la Casa de Aries.

Kiki chocaba puños con Lior de Amasu, mientras sus soldados subían por los Doce Templos del Zodiaco y atacaban el Santuario. Tenía que despejar su mente de distracciones y enfocarse totalmente en la pelea en su enemigo.

Ambos chocaron puños que esquivaron y bloquearon. A sus ojos, era un intercambio de golpes de dos guerreros, pero a los ojos de cualquiera que no sea un Santo Dorado o superior, eran destellos tan veloces que no podían ser vistos por el ojo, humano o no.

El castaño atrapo a penas el puño de su enemigo con su mano, y con la otra mano intento dar un golpe, pero fue atrapada por la otra mano del enemigo, quedando ambos con los brazos cruzados con agarres firmes en las manos del otro mientras se sostenían la mirada.

Se separaron al mismo tiempo hacía atrás. Quedo claro para ambos que de seguir a un combate de puños, solo quedarían exhaustos.

-Eres bueno, mocoso, pero pelear con los puños no es divertido- dijo Lior. -Así que hagámoslo como solo nosotros sabemos hacerlo- elevo su Cosmos, siendo rodeado por la energía cósmica de un rojo escarlata. -¡Colmillos Gemelos!-.

Levanto los brazos y las alas de su armadura, batiendo las últimas, generando viento alrededor de sus brazos, que extendió hacía adelante, liberando el viento como dos grandes tornados.

Muro de Cristal!-.

Los tornados chocaron con el muro, generando una tensión que liberaba ráfagas de viento a los lados, dañando el suelo y los pilares de mármol de la entrada. Kiki apretó los dientes mientras hacía más fuerza en mantener su muro ante la presión de la técnica enemiga.

Al final, el Muro de Cristal se rompió y Aries retrocedió un poco por la onda de choque, pero cumplió su propósito de parar la técnica para no dañarlo.

Pero había un problema. Lior no estaba al ver adelante.

Alzo la mirada al cielo, viendo como su enemigo caía hacía él, aterrizando justo a su lado y tomando su rostro con la mano derecha, estrellando su cabeza, y por consiguiente, su cuerpo contra el suelo.

En ese momento maldijo no tener puesto su casco.

Lior soltó su cara para tomarlo del cuello y levantarlo mientras lo ahorcaba con fuerza, pero no la suficiente como para matarlo, pero si para que le doliera.

Y en un destello, se teletransporto fuera de su agarre, reapareciendo a espaldas de su enemigo. Su pierna derecha cargada de Cosmos, dando una patada con giro a las costillas, lo lanzo contra un pilar que se rompió por el impacto y lo mando hacía una estructura de roca.

Lior salió del agujero que formo su cuerpo, con algunos rasguños por el choque pero no se le veía herido. Su sonrisa divertida/psicópata seguía, pero se hizo un poco más pequeña mientras que sus ojos tenían un pequeño brillo de curiosidad.

-¿Teletransportación? Eso me tomo por sorpresa, te lo reconozco- camino hacía su enemigo. -Ahora que recuerdo, el Santuario también tenía cierto tipo de personas con habilidades especiales fuera del Cosmos; tú debes ser una de ellas-.

-¿Y que si es así?- Pregunto Kiki.

-Qué hará más divertido matarte- impulsado por sus alas, Lior se abalanzo a gran velocidad, acortando la distancia que Kiki lo mando a volar en cuestión de segundos.

Antes de que lo tomara de nuevo del rostro, Kiki se teletransporto a las puertas de Aries. Odiaba admitirlo, pero su enemigo empezaba a presionarlo demasiado. Tenía que atacar.

La Leyenda de las Facciones y del SantuarioOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz