La Leyenda de las Facciones y del Santuario

Capitulo 26

Cuando Hyoga y Serafall reportaron lo sucedido recién de sus combates contra Lancelot y Wadatsumi respectivamente a Rias y Sona, ambas herederas no estaban nada contentas de escuchar que hubo una batalla que destrozo casi todo el centro de la ciudad y ellas ni se enteraron, además de que ahora tenían que hacer control de daños en el área para que no hubiera pánico y sospecha en la ciudad, y ya estaban bastante ocupadas con sus deberes escolares y entrenamientos.

Serafall dijo que ella se haría cargo del control de daño, como fue un incidente en que participo, tomaría la responsabilidad. Para alguien de clase Maou como ella, no sería muy difícil usar su influencia para reparar las áreas destruidas por las peleas.

Hyoga les informo a Seiya y Shoko sobre el sujeto que enfrento, cuyo poder estaba al nivel de un Santo Dorado y sobre su espada que se convirtió en una armadura. Esa noticia alerto a ambos guerreros, ya que podría significar que la Facción de los Héroes también eran guerreros que usaban el Cosmos. Ya no pueden dejarlos como un asunto pequeño a tratar, el Santuario deberá investigar más sobre ellos.

Aunque lo que más les llamo la atención fue la niña que vino con ellos.

-Su nombre es Natasha, yo la cuidaré como su padre a partir de ahora-.

Eso fue lo más sorprendente del día.

Después de ese suceso, la semana paso tranquila sin problemas, al menos para los Santos. La incorporación de Natasha no causo problemas, la niña, aunque no parecía expresar muchas emociones, era muy curiosa y hasta sonriente, cuando se entero que Seiya era el medio-hermano de su papa, lo empezó a llamar "Tío Seiya", y Shoko jugaba cuando podía con la niña.

Pero para los jóvenes Demonios eran otra historia...

Como cualquier joven en Secundaria, la semana de Exámenes eran un infierno para ellos, y no podían descansar mucho ya que después de terminar las clases se reunían en el viejo edificio para entrenar con Seiya y Shoko hasta el cansancio y más allá... y lo peor es que Seiya dijo que este tipo de entrenamiento lo soporto cuando tenía diez años... eso fue humillante para todos.

Serafall también ha asistido a los entrenamientos, pero solo como espectadora y para asegurarse que su querida So-tan no sufra ninguna lesión, debido a eso ha tenido más de una discusión un tanto infantiles con Shoko, al ver como trapeaba el piso con la Sitri, a veces discutían tanto que Seiya las tenía que separar mientras Sona se moría de la vergüenza por la actitud tan infantil y sobreprotectora de su hermana mayor.

Y así fue como paso la última semana de clases de las dos familias de Demonios, con exámenes y entrenamientos que los hacían sufrir... sin duda la peor semana de sus vidas.
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-¡Al fin se termino la semana! ¡Al diablo las clases!- Grito Issei, tirando papeles al aire dentro del viejo edificio de lo Oculto. ¡Fue la peor semana de su vida! ¡Nunca había sufrido tanto como ahora!

-Issei-Senpai, no desordene el club- regaño Koneko con expresión neutra, para ella los exámenes no fueron tan malos, lo doloroso fue el entrenamiento.

-¡Tu no entiendes, Koneko-chan! ¡Fue un infierno! ¡Nunca pensé que extrañaría mi vida ordinaria como hasta ahora!- Exclamo Issei.

-¡Es cierto!- Apoyo Saji, el clan Sitri también estaba en el edificio. -¡A pesar de que estudie con la Presidenta Sona, no podía concentrarme por los dolores en mis músculos por los entrenamientos! ¡Eso fue injusto!-.

-¡Toda la razón!- Issei y Saji se apoyaron como si fueran mejores amigos, antes de ser calmados por sus respectivas presidentas que los jalaron a cada uno de una oreja.