Capitulo 27

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Las dos divinidades y Marín, estaban en unas de un campo de pelea de gran tamaño, el suelo era de madera así como las paredes. Parecía el interior de un dojo por los decorativos y la arquitectura, pero mucho más grande.

En la arena estaban Seiya y Susanoo, el castaño viendo como el Dios de las Tormentas se ajustaba las partes de armadura que traía sobre el Ogi.

-¿Realmente esto esta bien, Athena?- Pregunto Marín. Susanoo había pedido pelear contra Seiya, y aunque Athena acepto, la moral de los Santos es solo pelear contra enemigos que amenacen el mal, no por otros fines. A veces pueden competir entre si, pero eso era en las arenas de entrenamiento y peleando a mano limpia sin Cosmos, ella misma ha tenido un par de combates así con Shaina luego de la batalla de las Doce Casas y que arreglaran sus diferencias.

-Aunque es cierto que no apruebo el uso de violencia como entretenimiento, a veces es necesario para llegar a ciertos resultados que no se pueden llegar por las palabras. Si esto sirve para que el Dios Susanoo también apoye esta alianza, estoy dispuesta a aceptar, y Seiya también-.

A las palabras de su Diosa, Marín fijo la vista en su antiguo alumno, viendo en sus ojos chocolate la determinación de pelear y ganar.

-Sabía que esto iba a pasar, Susanoo siempre ha sido así de impetuoso...- suspiro Amaterasu, teniendo la punta de los dedos en su frente y negando con la cabeza. Susanoo no era un adicto al combate, pero cuando veía un reto que le llamaba la atención aceptaba, y al escuchar que el "Asesino de Dioses" estaba en Taka no Hama, no puedo evitar ir a verlo. -Voy a hablar con él después, Athena. Puede que sea mi hermano, pero no puede actuar así-.

-No te preocupes por eso, Amaterasu. Entiendo que a veces los Dioses buscan enfrentarse a oponentes fuertes, ya que sus vidas inmortales ocasionan que puedan aburrirse de hasta la vida y algo como un combate hace que se sientan vivos, y puedo sentir que eso es lo que quiere Susanoo, por lo que puedo estar tranquila en que no peleara a matar contra Seiya. Además que esto también puede ayudarlo a ganar más confianza-.

-¿Ganar más confianza?- Repitió la Diosa del Sol confundida.

-Seiya... todavía no acepta del todo que es digno de la armadura dorada, a pesar de sus logros y que la armadura lo reconoció, todavía no se siente digno de usarla como su portador-.

Saori conocía bien a Seiya, y sabía que aunque él era un joven enérgico al punto de lo tonto y muy positivo, también tenía sus momentos de duda. Él cree que aun no es suficiente para ser el heredero de Aioros, aun cuando el mismo espíritu de Aioros lo reconoce, y no es el único, los demás pasan por algo similar.

Ikki todavía no esta cómodo con la armadura de Leo, Shun esta entrenando exhaustivamente para usar las Doctrinas de Virgo mientras tiene que llenar el gran espacio vacío que Shaka dejo, lo cual no era fácil, Hyoga siempre tiene una mirada melancólica al verse en un reflejo, seguramente recordando a su maestro Camus. Shiryu parecía el único que esta sin problemas con usar la armadura de su maestro Dokho, probablemente porque no tiene nada que lamentar o algún problema al usarla.

Y ella entiende como se sienten; pasar tantas batallas siendo los Caballeros de Bronce, forjando un lazo con sus armaduras, para ascender al rango dorado que se merecen, pero que viene con mucho peso encima y muchas responsabilidades que no están acostumbrados.

La de cabello ilia miro a su fiel Caballero... esperaba que su estadía en el territorio de los Dioses Sintoístas, hicieran ver algo por él.

-Bien... estoy listo- Susanoo termino los estiramientos que estaba haciendo. -Lamento la espera, hace siglos no tengo una batalla, desde mi combate contra Yamata No Orochi-.

La Leyenda de las Facciones y del SantuarioWhere stories live. Discover now