Capitulo 54

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-¿Qué quieres saber exactamente?- Pregunto Mayura.

Ambas habían dejado atrás la arena de entrenamiento de las Saintias. Se habían movido hasta la cima de un montículo para hablar de manera privadas sin que nadie pueda escucharlas. Desde la altura que estaban, podían ver a lo lejos las 12 Casas del Zodiaco.

Aunque cualquiera hubiera pensado que hubiera sido difícil para una persona en silla de ruedas caminar por un sendero rocoso hasta la cima de una pequeña montaña cercana del Santuario, la silla de Mayura estaba creada con la mejores tecnologías dadas por la Fundación Graad. Sus ruedas eran todo terreno y tenía frenos para inmovilizar la silla y evitar que caiga, sin importar el ángulo. La única razón por la que no tenía un sistema y palanca para moverla sola es porque Mayura no le gustaba depender de la tecnología y prefería mover sola las ruedas, o que alguien la empujara.

Los ojos ocultos debajo de la mascara plateada con un brillo verdoso miraban atentos a la mujer pelirroja que había cuidado durante toda su vida y que había entrenado cuando el momento llegó.

-El saber porque nunca me dijiste que mi padre era un Demonio, o que sabían quien era mi padre para empezar- acuso Shoko. Su tono era de alguien molesto, pero no reprochable.

-Nunca preguntaste- la simple respuesta de Mayura descoloco a la Saintia de Águila. -Aunque me sorprende que ese estorbo tuviera el valor de decirte la verdad. O siquiera se diera cuenta que eras su hija-.

Mayura no se había hecho engaños. Cuando escucho que había ido al Inframundo donde esos Demonios Bíblicos vivían, la posibilidad de que Shoko supiera sobre su padre era alta, así que se había preparado para esta conversación durante el último mes.

-No te agrada mucho, ¿verdad?- Pregunto Shoko tras escuchar como lo llamaba.

-Por su culpa, Olivia paso por muchos problemas- dijo con desprecio. Si hubiera sido por ella, lo hubiera eliminado apenas piso la ciudad, pero su amiga, más curiosa por conocer a uno de los Demonios que se les había enseñado que existían, pero que no debían entrometerse con ellos para no causar conflictos innecesarios entre dos Panteones. -Ya era lo suficientemente malo que entrara en territorio de Athena sin permiso o avisar, pero que la dejara embarazada...-.

-¿Era tan malo que mi hermana naciera?- Pregunto Shoko, molesta por la insinuación escondida.

-En esa época, si- Mayura no tenía pelos en la lengua al decir las cosas. -Las Saintias son doncellas puras al servicio de Athena, sirviéndole como criadas, instructoras y damas de compañía. Para eso, deben ser mujeres vírgenes para compartir el voto de castidad de Athena. Esa era una ley de las Saintias que perduro desde la Era del Mito hasta la época de tu madre. Si una Saintia tenía relaciones con un hombre, era un signo de traición hacía Athena y era mandada a ejecutar junto con el hombre-.

Shoko sintió un escalofrío. Mayura tenía la habilidad de hacer que todo lo que dijera sonara terrible o escalofriante. En este caso fue ambas. Ella ya sabía de esas reglas antiguas y el castigo, pero escucharlo de Mayura la hacía sentir que los pelos de su cuerpo se erizaban.

-Fue solo porque Olivia era la líder de las Sainitas que fue una excepción. No se si te dije, pero normalmente, el puesto de líder de las Saintias es algo que ha pasado de madre a hija, aunque han habido casos que fueron la excepción, como un caso en el Siglo X-.

Shoko asintió, sabiendo ese detalle, pero no porque lo aprendiera del Santuario, sino que fue algo que se entero en la batalla final contra Eris, cuya sangre fue heredada de las antepasadas de Shoko hasta llegar a ella y su hermana.

-Divago- Mayura aparto los pensamientos innecesarios y volvió al tema. -No te dije nada de tu padre porque: A) no era necesario para los asuntos que debías ejercer. B) nunca preguntaste. y C) no me agradaba-.

La Leyenda de las Facciones y del SantuarioWhere stories live. Discover now