Capitulo 30

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En el lugar donde estaba anteriormente el Castillo Nijou, se libraba la batalla entre los seguidores de Amaterasu, más sus aliados del Santuario contra el ejercito que sirve al Kagutsuchi, en una batalla que decidiría la paz de lo normal y sobrenatural de Japón.

-¡Puño Meteórico!- Marín lanzo su técnica que acabo sin problemas con varios criaturas mágicas de Sintoísmo. Luego de lanzar su técnica, a velocidad Macht 3, Marín golpeaba a los seguidores del Dios del Fuego, que nada podían hacer ni para protegerse de la velocidad de los puños y patadas de la Amazona.

Cuando la pelirroja se detuvo, ya había una gran cantidad de cuerpos tirados, muertos y noqueados a su alrededor. Un grupo de Shinimagis la iban a atacar desde el cielo, pero antes de que ella se los quitara, un dragón de hielo los golpeo y los convirtió en estatuas de hielo en el aire antes de romperse.

Hitsugaya aterrizo de espaldas a Marín. -Es increíble que puedas moverte a esa velocidad-.

-No subestimes la fuerza de los Santos- respondió Marín. -Aunque me sorprende que ningún civil se haya acercado todavía con la desaparición del castillo- comento extrañada.

-Recibí un informe hace poco del Dios Tsukuyomi. Las Cinco Familias se movilizaron rápido, conteniendo a los civiles y enviando ilusionistas para hacer pensar que el castillo sigue aquí junto a varios magos para crear una barrera que haga invisible la batalla-.

-Mis respetos por tan rápida respuesta-.

-Si, pero hay problema con eso...- Marín rodo los ojos debajo de su mascara, siempre hay peros en estas cosas. -Debido a la gran cantidad de presencias mágicas de los seguidores de Kagutsuchi más de nosotros, es un trabajo descomunal para ellos mantener la barrera y la ilusión, si liberamos demasiado poder en nuestros ataques, no lo soportaran-.

-¿Dices que debemos contener nuestros ataques?-.

Hitsugaya asintió, por su ceño fruncido, a él tampoco le gustaba la idea. -Al menos por ahora, recibimos un informe de que la líder de los Yokais enviara sus propias fuerzas para que la barrera y la ilusión sea más fuerte. ¿No te será un problema pelear con tantos enemigos con tu fuerza limitada?-.

Marín sonrió debajo de su mascara y lanzo un golpe khen que derribo a un pequeño grupo de enemigos.

-No me subestimes, niño. La única diferencia es que tardara más tiempo encargarse de estas pestes, nada más-.

El Shinimagi de Alto Rango asintió antes de que ambos se separaran para cubrir más el terreno y derrotar a más enemigos, aunque...

-No soy un niño, de hecho, soy mayor que tu- pensó el Shinimagi peliblanco con una ceja temblando por como lo llamo Marín, odiaba que lo trataran como un niño por su altura.
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En otra parte del área, Byakuya cortaba y degollaba a sus enemigos con su katana con una rapidez sorprendente, parecía estar de pie y al moverse, se movía tan rápido que parecía teletransportarse y lo hacían con tanto silencio que ni el oído más entrenado de cualquiera de estos enemigos podría escuchar cuando se mueve.

las espadas de los Shinimagis que operan bajo el mando de los tres Dioses hermanos no son simples katanas, sino espadas creadas por el Dios Hachiman que son dadas cuando un Shinimagi comienza sus deberes como uno al servicio de los Dioses. Estas espadas tenían la cualidad de crecer en poder junto a su usuario, y cuando tanto el individuo como la espada llegaban a un nivel de poder, despertaba un poder en la espada.

-¡Mantenlo!- Grito uno de los seguidores de Kagutsuchi junto a otros cincuenta más rodeaban a Byakuya, listos para atacar.

El Shinimagi ni se inmuto con los enemigos rodeándolo, solo puso su espada frente de él y cerro los ojos. -Dispersión, Senponzakura-.

La Leyenda de las Facciones y del SantuarioWhere stories live. Discover now