Rinne

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Satsuki:

Desde aquel día en que todos presenciaron la muerte de Mary a manos de Saku las cosas cambiaron, de forma muy drástica.

Saku tuvo un cambio de actitud y se reintegró al grupo auto proclamándose nuevamente como el líder, prometiendo que no descansaría hasta que salgamos de aquí, que el culpable pagaría por todo lo que nos hizo y que obtendremos libertad de manera legítima.

Los demás también comenzaron a tratarlo diferente, nadie le dirigía la mirada cada que estaba cerca, ni se atrevían a hablarle, era como si le tuviesen un miedo inimaginable; por supuesto que tampoco había alguien con el suficiente valor como para enfrentarlo... Aunque tampoco es necesario, ya no había más amenazas, ni Yoka ni Mary.

Era la hora de comida, y Saku se veía pensativo desde hace un buen tiempo, no decía nada, y sinceramente no tenía ganas de cuestionarlo, no tengo la suficiente energía por el momento como para entablar una conversación en la que deba de pensar demasiado.

-Haré un anuncio importante, por favor no se separen de mí. -Se puso de pie viéndonos a todos, nadie se negó.

Ciertamente tampoco habría porqué negarse, ninguno de nosotros le tiene miedo, porque sabemos y confiamos en que no nos haría daño.

Se dió la vuelta, abrió la puerta de la habitación y salió, todos lo seguimos detrás. Se escuchaban nuestras pisadas al unísono mientras nos dirigimos al comedor, así hasta llegar a la puerta en la que Saku se detuvo unos instantes, suspiró profundo para relajarse y tomar valor. Volteó detrás unos segundos para vernos y darnos una leve sonrisa, hasta que regresó su vista y con ambas manos empujó la doble puerta para abrirla por completo, haciendo que se escuche un gran estruendo y como consecuencia todos aquellos que están en este lugar, sorprendidos nos voltearan a ver con mucha intriga.

Saku continuó avanzando con pasos determinados al igual que nosotros siguiéndolo. El lugar estaba lleno y las miradas de los demás nos seguían con mucha curiosidad, ninguno de nosotros se dejaba doblegar por las miradas encima, manteniamos la postura queriendo imponer.

Se detuvo enfrente de una de las mesas, la cual sin pensar empujó para alinearla con otra que se encontraba inmediatamente al lado, creando así un "escenario más grande" en el cual todos pudiéramos estar presentes. Él fue el primero en subir y después ayudó a Akane, Ritsu, yo y al final Zero. Los cinco tomamos lugar de manera equitativa, mientras que Saku regresó su vista al frente.

-Escuchen. -Gritó, y puedo asegurar que no hubo ni una sola persona que se atreviera a no prestarle atención. -No pienso ser una basura de líder como las personas anteriores, así que no hay razón para que me tengan miedo. -Se cruzó de brazos, manteniendo su tono alto para que todos puedan escucharlo. -Sin embargo, tampoco dejaré que me hagan algo a mí, o a mis amigos, por si estaban pensándolo. -Ligeramente alzó la cabeza para verlos desde un punto alto. -Pero les propongo un trato. Si me obedecen en lo que yo les diga... Les prometo que todos aquí, serán libres. -Bajó un poco la cabeza, viéndolos con cierta mirada psicópata, tan característica de él cuando su enfermedad está pudiendo más que su mente. Además de esto, los susurros sorprendidos de todos los demás, sin poder creer lo que les está diciendo, llenó el lugar de ruido durante unos segundos. -¿¡Entendido!? -Con un sólo grito logró callar a los demás.

-¡Entendido! -Respondieron en una sola voz.

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Saku, seguido de esto comenzó a reír de una manera macabra, una que nunca antes había escuchado y que si bien no insinuaba maldad del todo sino poder, no me agradaba del todo.

Sé que sin duda alguna había regresado aquel Saku que conocía, aquel que estaba dispuesto a hacer de todo para ayudarnos, pero sé que también hay algo diferente en él.

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