Meiwaku ÷ koui

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Saku:

Me oculté durante unos segundos hasta que la alarma de policía se dejó de escuchar cerca; lo único que encontré para esconderme fue unos contenedores de basura, no fue lo mejor pero tampoco quería ser descubierto, fue una solución rápida.

¿Dónde podría estar el pelirrojo?

Regresé hacia la puerta del sótano, aún podía abrirla y bajar las escaleras, pero ya no había nadie allí. Estaba a punto de retirarme pero... La mancha de la sangre seca aún se encuentra ahí, debería limpiarla por si acaso, pero también tengo que buscar a mi amigo lo antes posible... La dejaré ahí, seguro nadie entra al sótano.

Apagué la luz del lugar y cerré la puerta.

Estar tan solo en este lugar y a estas horas de la madrugada me hace pensar dos cosas: Que posiblemente comience a llorar por los recuerdos que me trae este edificio, o que posiblemente encuentre algún fantasma.

Hace unos momentos revisamos la puerta de la entrada principal que lleva hacia las aulas, y sigue cerrada, por lo que no hay probabilidad de que Satsuki esté dentro.

Camino entre el pasto y aquellas flores blancas que dieron el inicio de toda esta travesía, me detengo a observarlas con melancolía, justo en estos instantes es cuando mi mente se pone a analizar con detenimiento lo mucho que necesito a Satsuki en mi vida, es quien más cuida de mi aparte de mi madre. Es muy probable que yo me convierta en un desastre si en algún punto de mi vida lo pierdo...

¿Y si no vuelvo a encontrar a Satsuki?

No, no. Cálmate Saku, no puede ser que el último día de su vida sea éste, hay un rayo de esperanza de que él se encuentre vivo, yo lo sé.

Camino hacia el gimnasio, esperando que esa pequeña fracción de edificio se encuentre abierto. Mi mente alucina y comienza a escuchar las risas de Ryo junto con la de sus amigos, burlándose de mi como solían hacerlo; escucho las pisadas de Zero corriendo de un lado a otro en un juego común de básquetbol; también se oye por ahí la risa de Miyuki, junto con Chaoko... Ah, está cerrado.

Recorrí el lugar por todos los lados abiertos posibles y no parece haber pista del pelirrojo, la oscuridad envolvente en el lugar no ayuda para nada. Suspiro pesado, si tuviera una linterna probablemente eso me ayude en la búsqueda. Intento pensar con agilidad, pero siento que no puedo hacerlo sin Hayate; me encuentro solo en la inmensa área del instituto, ¿dónde más pudo haber ido mi amigo?, puesto que todo se encuentra cerrado, y aunque hubiesen ingresado de manera fugaz en algún edificio, no hay señales de que se encuentren dentro, como algún sonido o una luz.

De ser secuestrado por el asesino que ha estado orquestando todas estas muertes, jamás me dejaría en medio de la nada sin pista alguna, porque lo que le gusta es la atención y que seamos sus esclavos. Sabe que Satsuki es mi mejor amigo y haría lo que fuese por él... Mierda, sabe cómo manipularnos para hacernos la mente pedazos uno por uno.

¿Qué quiere del pelirrojo?

No, más bien, ¿qué quiere de mi como para obligarme a buscarlo?

Indignado y con rabia en mi interior, pateo un pequeño contenedor, de aquellos que suele haber en los sanitarios individuales; para mi mala suerte estaba lleno de basura. Paso mi mano por mi cabello queriendo soltar un grito, pero esperando que con la simple acción de mi mano pueda liberar el estrés que siento dentro de mi. Así que tras haber hecho esto, me acerco a levantar el desastre que hice, porque por nada del mundo debía dejar evidencia, o sería un gran problema, no sólo para mi, para todos.

Estaba alzando los últimos empaques de jugo que habían salido disparados hasta detrás del edificio de gimnasia, hasta que noté que lejos, tan solo unos metros alejado de los empaques, había una pequeña nota, que destacaba entre el suelo grisáceo por ser extremadamente blanca. Aquí vamos con la mierda de notas de nuevo. Harto me acerco a levantarla.

ゴシップ (Gossip)Where stories live. Discover now